El velero australiano LawConnect se alzó nuevamente como vencedor de la prestigiosa carrera Sydney-Hobart, consolidando su posición como uno de los equipos más fuertes en esta exigente competición náutica, sin embargo, el triunfo se vio empañado por la muerte de dos participantes durante la prueba.
Victoria desafiante
Con una eslora de 30 metros, el LawConnect incluyó el recorrido de 630 millas náuticas (aproximadamente 1,200 kilómetros) en 1 día, 13 horas, 35 minutos y 13 segundos. Aunque no logró batir el récord establecido por el Comanche en 2017, la embarcación superó a rivales como Celestial y Wild Thing , enfrentándose a condiciones climáticas adversas que incluyeron ráfagas de viento y un mar agitado.
El desafío fue aún mayor tras el abandono de su principal competidor, Comanche, en la primera noche de la carrera, que une Sydney y Hobart, en la isla de Tasmania.
Evento marcado por la tragedia
La edición de este año quedó marcada por la muerte de dos navegantes australianos. Roy Quaden, de 55 años, falleció al ser golpeado por la botavara del Flying Fish Arctos, mientras que Nick Smith, de 65 años, perdió la vida tras ser golpeado por un aparejo en el Bowline y golpearse la cabeza contra un cabrestante.
Estas muertes son las primeras registradas en la competición desde 1998, cuando seis marinos perdieron la vida y cinco embarcaciones se hundieron debido a un fuerte huracán.
Una carrera histórica y peligrosa.
Desde 1945, la Sydney-Hobart es considerada una de las regatas más desafiantes del mundo, especialmente por el peligroso paso por el estrecho de Bass. Este año, de los 104 participantes , 27 abandonaron antes de que el LawConnect cruzara la meta.
A pesar de la tragedia, el evento continúa siendo un símbolo de resistencia y destreza náutica, registrando a los participantes los riesgos de enfrentar los elementos en alto mar.