2 julio, 2024

Desde 1966, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México ha implementado una estrategia crucial para la atención de situaciones de emergencia y desastres naturales conocida como el Plan DN-III-E. Este plan, que se originó bajo el mandato del presidente Gustavo Díaz Ordaz, se ha convertido en un pilar fundamental para la protección y apoyo de la población civil ante diversos fenómenos perturbadores.

 

La historia del Plan DN-III-E comenzó un año antes de su implementación, cuando el huracán Inés azotó el norte de Veracruz y el sur de Tamaulipas en octubre de 1966, causando devastación significativa. Este evento subrayó la necesidad de un plan de respuesta organizado y efectivo, lo que llevó a la inclusión del Plan de Defensa Nacional en el Anexo “E” de la Tercera Edición del Plan Director de la Defensa Nacional. Así nació el Plan DN-III-E.

 

El Plan DN-III-E se aplica en tres situaciones principales: Fenómenos geológicos, hidrometeorológicos y químico-tecnológicos.

  • Fenómenos geológicos incluyen sismos, erupciones volcánicas y tsunamis, entre otros.
  • Fenómenos hidrometeorológicos abarcan ciclones tropicales, lluvias extremas, inundaciones y sequías.
  • Fenómenos químico-tecnológicos comprenden incendios, explosiones y derrames tóxicos.

 

 

El Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos intervienen en tres fases ante estas situaciones: prevención, auxilio y recuperación.

  • En la fase de prevención, se realizan reuniones con autoridades de todos los niveles de gobierno, monitoreo de fenómenos y simulacros. Esta fase es esencial para identificar y reducir riesgos antes de que ocurran desastres.

 

  • La fase de auxilio se compone de nueve acciones diseñadas para salvaguardar vidas, proteger bienes y mantener servicios públicos. Estas acciones incluyen el alertamiento, ejecución de planes de emergencia, coordinación de acciones de auxilio, evaluación de daños y operativos de seguridad pública. También se lleva a cabo la búsqueda y rescate, asistencia médica, saneamiento y aprovisionamiento de bienes básicos.

 

  • La fase de recuperación, inicia una vez que la emergencia ha sido controlada y  se enfoca en la reconstrucción y mejoramiento de las zonas afectadas. Esto implica el retiro de escombros, evaluación de daños, recuperación de caminos y el establecimiento de puentes aéreos.

 

 

En la presente temporada de huracanes, que va de mayo a noviembre, la Sedena ya ha desplegado la Fuerza de Apoyo para Casos de Desastre (FACD). Esta fuerza se activa cuando las unidades locales del Plan DN-III-E necesitan refuerzos. El FACD cuenta con una capacidad móvil para la remoción de escombros, establecimiento y administración de albergues, seguridad, búsqueda y rescate.

 

La FACD está compuesta por un agrupamiento de ingenieros y servicios especializados en el manejo de maquinaria pesada, plantas de energía y potabilizadoras de agua, así como torres de iluminación. También incluye personal médico, de intendencia, de transmisiones y binomios canófilos para búsqueda y rescate.

 

El Plan DN-III-E ha demostrado ser un recurso vital durante 58 años, brindando asistencia eficaz y organizada en momentos críticos. Su implementación continua asegura que México esté preparado para enfrentar cualquier desastre natural, protegiendo a su población y promoviendo la resiliencia ante futuras emergencias.