2 julio, 2024

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La candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, presentó su ambicioso Plan Nacional de Infraestructura. Durante su discurso, Gálvez prometió poner fin a las “obras públicas por capricho”, marcando un fuerte contraste con las políticas actuales y delineando un futuro en el que las Fuerzas Armadas volverán a centrarse en sus funciones esenciales, dejando la infraestructura en manos de civiles.

 

Gálvez destacó que su gobierno buscará asegurar que todas las obras públicas se realicen con base en estudios de impacto ambiental rigurosos y con una planificación que responda verdaderamente a las necesidades de la población. La infraestructura, señaló, debe actuar como la columna vertebral de la economía, y es crucial que contribuya al bienestar general y no solo a intereses particulares o de corto plazo.

 

“¡Se acabaron las ocurrencias convertidas en obras públicas costosas y generadoras de elefantes blancos!”, exclamó Gálvez, recibiendo una ovación de los asistentes que coreaban “¡Presidenta!, ¡presidenta!, ¡presidenta!”. Esta declaración resuena particularmente en un contexto donde la transparencia y la rendición de cuentas han sido temas recurrentes de crítica hacia la actual administración.

 

Desmilitarización de la infraestructura

Uno de los puntos más destacados de su propuesta es la desmilitarización de la construcción de infraestructura. Gálvez argumentó que el Ejército Mexicano debe enfocarse en sus tareas constitucionales, principalmente en la seguridad nacional, en lugar de estar distraído con proyectos de infraestructura que pueden y deben ser manejados por el sector civil.

 

Este cambio no solo liberaría recursos y atención para mejorar la seguridad interna del país, sino que también podría mejorar la eficiencia de los proyectos de infraestructura al involucrar expertos y empresas especializadas en su ejecución y mantenimiento.

 

Inversión pública, privada y social en infraestructura

Gálvez también propuso la creación de un órgano colegiado responsable de la planeación de la infraestructura nacional, que incluiría a ciudadanos, empresarios, colegios, asociaciones, expertos y académicos. Este órgano buscaría garantizar que las obras públicas respondan a una estrategia bien definida y a las prioridades reales de desarrollo del país.

 

En cuanto al controvertido proyecto del Tren Maya, la candidata aseguró que realizaría una revisión exhaustiva del mismo para evaluar su impacto ambiental y garantizar que su ejecución no comprometa el patrimonio natural de las regiones afectadas. “Queremos saber realmente qué está pasando con las cavernas, qué está pasando con la selva”, enfatizó Gálvez, prometiendo una gestión ambiental responsable.

 

Además de su enfoque en la infraestructura, Gálvez se comprometió a fortalecer el apoyo a la primera infancia y a reabrir las estancias infantiles cerradas por el actual gobierno. En un evento matutino donde suscribió el Pacto por la Primera Infancia, reafirmó su compromiso con la protección y el desarrollo de los niños en México, prometiendo un país libre de violencia y con oportunidades equitativas para todos los jóvenes.

 

La plataforma presentada por Xóchitl Gálvez sugiere un cambio radical en la gestión de la infraestructura pública en México, con un claro énfasis en la eficiencia, la transparencia y la responsabilidad ambiental.

 

Su promesa de devolver al Ejército a sus funciones esenciales y de involucrar más al sector privado y social en los proyectos de infraestructura propone un modelo de desarrollo que busca ser sostenible y justo, anticipando un gobierno que, según ella, realmente trabajará por y para el pueblo. Con estas propuestas, Gálvez busca convencer al electorado de que es la líder capaz de llevar a cabo estas transformaciones necesarias para el futuro de México.