En el corazón del Mercado Jamaica en la Ciudad de México, Gonzalo Rodríguez y su hijo José Ángel trabajan incansablemente para preservar una de las tradiciones más coloridas y emblemáticas de México: la elaboración de piñatas. Este negocio familiar no solo produce más de cinco mil piñatas durante la temporada navideña, sino que también mantiene vivo el espíritu de unión familiar y cultural.
Gonzalo, originario de Puebla, comparte cómo comenzó esta tradición en su familia. “Cuando era niño, usábamos ollas de barro para hacer piñatas. Ahora, hemos adaptado los materiales al cartón, pero seguimos utilizando técnicas tradicionales como el engrudo y el papel metálico”, explicó. A pesar de los avances tecnológicos, Gonzalo y su equipo prefieren métodos tradicionales para conservar la esencia artesanal de las piñatas.
Elaboración paso a paso
El proceso inicia con la base de periódico y engrudo. Luego, las piñatas se decoran con papel metálico, crepé y cartoncillo. Cada pieza pasa por un detallado trabajo manual: desde la creación de los picos hasta los toques finales con mechones de papel. José Ángel, quien combina sus estudios de secundaria con el trabajo en el taller, se siente orgulloso de ser parte de esta tradición y aspira a continuar el legado familiar.
“Invitamos a todos a visitar el Mercado Jamaica, donde encontrarán piñatas de todos los tamaños, colores y precios”, comentó José Ángel. Con este esfuerzo, Gonzalo y su familia no buscan solo decorar hogares, sino también mantener viva una tradición que una a las familias mexicanas durante la Navidad.