
Ante el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus amenazas de implementar deportaciones masivas, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, aseguró que México, por obligaciones legales internacionales, deberá recibir a los migrantes indocumentados deportados por el país vecino.
En conferencia de prensa realizada en la estación migratoria de Iztapalapa, Garduño enfatizó que las leyes internacionales establecen que, si los migrantes ingresaron a Estados Unidos a través de territorio mexicano, deberán ser devueltos a México. No obstante, expresó que se buscará negociar con las autoridades estadounidenses para que los migrantes sean enviados directamente a sus países de origen.
“El derecho internacional dice que Estados Unidos debe devolver a los migrantes al país desde donde entraron, es decir, México. Sin embargo, nuestra prioridad es procurar que regresen a sus países de origen”, afirmó Garduño.
Migración del norte, desafío mayor
El titular del INM destacó que el instituto enfrenta dos flujos migratorios importantes: la migración proveniente del sur del país y la que llega desde el norte. Garduño subrayó que el flujo del norte será más numeroso y desafiante en los próximos meses, especialmente si las políticas de contención y deportación en Estados Unidos se endurecen.
“El INM tiene la tarea de atender la migración del sur, pero ahora también la del norte. Nos estamos preparando porque la migración del norte será más numerosa y compleja”, puntualizó.
Sin embargo, el comisionado negó que exista algún convenio formal con Estados Unidos para recibir migrantes indocumentados de otras nacionalidades, destacando que México actuará conforme a los tratados internacionales vigentes.
Garduño también hizo referencia al relevo en la embajada de Estados Unidos en México, luego de la salida de Ken Salazar. Afirmó que el próximo embajador será un “halcón” con una postura más dura y policial en temas relacionados con la migración y el combate al tráfico de drogas.
“Nos enfrentaremos a una línea de contención más dura, tanto de migrantes como de drogas. Es un cambio importante y debemos estar preparados”, declaró el funcionario.
Críticas a políticas migratorias
Consultado sobre las denuncias de abusos y las acusaciones de una política de desgaste hacia los migrantes en México, Garduño defendió las acciones del INM. Aseguró que las caravanas migrantes son acompañadas por organizaciones de la sociedad civil y observadores, por lo que no hay espacio para reclamos ni denuncias inmediatas.
“No hay una política de contención; lo que existe es una migración irregular, no ordenada ni segura. Es necesario trabajar en una política migratoria que garantice seguridad tanto para migrantes como para nuestro país”, explicó Garduño.
En cuanto a cifras, Garduño informó que desde 2018, el INM ha “rescatado” a 6.5 millones de migrantes en territorio nacional. En lo que va del sexenio actual, se estima que 400 mil migrantes han cruzado la frontera sur rumbo al norte.
No obstante, Garduño reconoció que no existen estadísticas oficiales sobre secuestros o desapariciones de migrantes debido a que la mayoría ingresa de manera irregular.
Reto de Trump y la frontera norte
Francisco Garduño advirtió que, de concretarse las amenazas de deportaciones masivas por parte de la administración de Donald Trump, el reto logístico y humanitario para México será enorme. La frontera norte, con sus 3 mil 200 kilómetros, representa un desafío para ambos países, y Estados Unidos no tiene la capacidad plena para vigilarla, según el funcionario.
“Estados Unidos no podrá vigilar toda su frontera. Esto aumentará la presión migratoria en México, y debemos estar preparados para atenderla de manera ordenada y humanitaria”, agregó Garduño.
Organizaciones civiles y la problemática migratoria
El comisionado también criticó el papel de algunas ONGs que, según él, promueven las caravanas migrantes sin ofrecer soluciones reales a las problemáticas de los migrantes. Garduño acusó a dichas organizaciones de “poner en riesgo” a menores, adultos mayores y enfermos al incentivarlos a participar en largas travesías en condiciones adversas.
“Las ONGs y los llamados ‘polleros’ han hecho un modus vivendi de la migración. Promueven caravanas y luego exigen que se les den documentos, hospedaje y transporte para llegar al norte”, afirmó Garduño.
Ante un contexto internacional desafiante y las políticas migratorias de Estados Unidos, México enfrenta la obligación legal de recibir a migrantes deportados, mientras busca soluciones para manejar de forma ordenada y humanitaria los flujos migratorios.
Francisco Garduño dejó claro que el INM continuará con sus labores de atención y control migratorio, aunque reconoció la necesidad de implementar una política más eficiente y segura que responda a los retos del próximo año.
Las declaraciones del comisionado reflejan la urgencia de abordar la migración desde una perspectiva integral y coordinada, que involucre a gobiernos, organizaciones civiles y a la propia comunidad internacional.