El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5) reportó que más del 57% de las llamadas recibidas este año son falsas, de broma o insultos hacia los operadores. Este fenómeno no solo representa un reto para la eficiencia operativa del sistema, sino que también afecta la atención a emergencias reales.
El coordinador general del C5, Salvador Guerrero Chiprés, informó que de las 3 millones 167 mil 075 llamadas recibidas en 2024, más de la mitad no fueron emergencias reales. Estas llamadas incluyen bromas, insultos, colgones, niños jugando o personas que simplemente no contestaron tras marcar.
“Cada una de estas llamadas improcedentes no solo representa una pérdida de tiempo, sino también una oportunidad perdida para atender emergencias reales que podrían salvar vidas”, subrayó Guerrero Chiprés.
Aunque el porcentaje de llamadas en falso ha disminuido en 20 puntos porcentuales en comparación con hace una década, el problema persiste. “Es esencial fortalecer la cultura cívica y fomentar el uso responsable de los números de emergencia, como parte del esfuerzo encabezado por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada”, añadió.
Impacto en la operación del C5
Atender llamadas falsas no es un asunto trivial. En promedio, los operadores del C5 invierten tres segundos en atender estas comunicaciones improcedentes, pero acumulativamente, los 3.1 millones de llamadas falsas equivalen a 120 días de atención continua, tiempo que podría destinarse a responder a situaciones reales de emergencia.
“Este tipo de llamadas no solo incrementan el tiempo de espera para quienes realmente necesitan ayuda, sino que también generan desgaste en el personal que opera los números de emergencia”, explicó Guerrero Chiprés.
Botones de auxilio y uso responsable
Además del 911, el C5 gestiona otros canales de atención, como el 089 para denuncias anónimas, el *765 para casos de violencia contra la mujer y el 55 5036 3301 para reportar extorsiones. También se cuenta con 11 mil 645 botones de auxilio distribuidos por toda la ciudad.
De las llamadas realizadas desde los botones de auxilio, un preocupante 68% de los usuarios no respondió al operador al ser contactados. Esto subraya la necesidad de un uso más consciente y responsable de estos dispositivos.
“La atención a emergencias es un derecho que debemos proteger y garantizar para todos. Por ello, hacemos un llamado a la ciudadanía a respetar estos recursos y usarlos únicamente en casos de necesidad”, destacó Guerrero Chiprés.
Medidas para fortalecer la cultura cívica
En respuesta a esta problemática, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha impulsado campañas educativas para fomentar el uso adecuado de los números de emergencia. Estas campañas están orientadas a escuelas, comunidades y medios digitales, con el objetivo de concientizar a la población sobre el impacto negativo de las llamadas falsas.
“Cada segundo cuenta en una emergencia, y al respetar estos números, estamos contribuyendo al bienestar colectivo de nuestra ciudad”, declaró Brugada en una reciente conferencia de prensa.
El costo de las bromas
El fenómeno de las llamadas de broma no es exclusivo de la Ciudad de México, pero aquí se refleja de manera contundente por la densidad poblacional y la cantidad de emergencias reales que se reportan diariamente. Datos del C5 revelan que los tipos más comunes de llamadas falsas incluyen:
- Insultos a operadores.
- Reportes falsos de incendios o accidentes.
- Personas que cuelgan al ser atendidas.
- Niños jugando con los números de emergencia.
“Si bien hemos implementado tecnología para identificar y filtrar estas llamadas, la mejor solución sigue siendo la educación y la sensibilización de la ciudadanía”, concluyó Guerrero Chiprés.
Números de emergencia en la CDMX
El C5 opera diversos números de emergencia que permiten atender una amplia variedad de situaciones críticas:
- 911: Emergencias generales.
- 089: Denuncias anónimas.
- *765: Atención a mujeres en situación de violencia.
- 55 5036 3301: Línea para reportar extorsiones.
- Botones de auxilio: Instalados en puntos estratégicos de la ciudad.
Cada una de estas herramientas es fundamental para la seguridad y el bienestar de la población. Sin embargo, su efectividad depende en gran medida de la responsabilidad con la que los ciudadanos las utilicen.
