El delantero del Real Madrid, ha presentado una denuncia formal contra su antiguo club, el Paris Saint-Germain (PSG), acusándolo de acoso moral e intento de extorsión. La Fiscalía de París ya abrió una investigación judicial la cual ya está en manos de dos jueces de instrucción y de la Brigada de Represión de la Delincuencia contra las Personas (BRDP).
En la demanda presentada por el apodado “Donatello”; el PSG lo apartó deliberadamente del primer equipo como represalia por no renovar su contrato, una práctica conocida en el ámbito futbolístico como “lofting”, la cual ya ha sido denunciada por otros jugadores, tanto hombres como mujeres futbolistas. Según relata, durante esa etapa, el club lo dejó fuera de giras internacionales, lo excluyó de entrenamientos y no le permitió participar en el inicio de la temporada de la Ligue 1.
Aunque bien sabemos que el caso de Mbappé no es aislado. Otras denuncias similares ya han sido presentadas, tal el el caso de Kheira Hamraoui, futbolista francesa marginada por el club tras una agresión, y la del sindicato de futbolistas UNFP, que acusa a varios clubes de utilizar el lofting para presionar a jugadores a aceptar traspasos que beneficien económicamente a sus equipos.
De acuerdo con el artículo 507 de la Carta del Futbol Francés, los clubes están obligados a garantizar condiciones equitativas para tod@s los jugad@res, incluso si se busca su salida del equipo. Esto incluye acceso a instalaciones, entrenamientos de calidad y equipamiento profesional. Sin embargo, el aislamiento forzado durante el mercado de fichajes sigue siendo una herramienta común y polémica que utilizan los clubes de futbol.
Además de la vía penal, Mbappé mantiene una disputa económica con el PSG, reclamando el pago de 55 millones de euros por salarios y bonos pendientes de su última temporada en París. Aunque el PSG ha negado la validez de esta demanda, un fallo del comité de apelación de la liga francesa le dio la razón al delantero en octubre pasado.
Actualmente, Mbappé es figura clave en el Real Madrid y capitán de la selección francesa, pero su salida del PSG ha dejado una profunda grieta en el futbol francés, abriendo el debate sobre los derechos laborales de los jugadores y las prácticas de presión en los grandes clubes europeos.
