El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha expresado su firme rechazo ante la reciente campaña publicitaria de la plataforma de streaming Max Latinoamérica, que utilizó imágenes del Castillo de Chapultepec sin la autorización correspondiente.
La campaña promocionaba la serie “La Casa del Dragón”, secuela de “Game of Thrones”, e intervino digitalmente las imágenes del histórico castillo con banderas y pendones de la Casa Targaryen.
El INAH, a través de un comunicado, calificó esta acción como un uso indebido de la imagen de un monumento histórico, lo que va en contra de la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos. La Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH anunció que emprenderá las medidas legales necesarias para proteger el patrimonio cultural del país.
El revuelo comenzó cuando un video del Castillo de Chapultepec intervenido digitalmente se viralizó en redes sociales, especialmente en la plataforma X; sin embargo, el INAH aclaró que las imágenes son falsas y fueron generadas mediante software de edición de imagen o inteligencia artificial. “En ningún momento se han colocado banderas, pendones ni ningún otro material publicitario relativo a dicha producción sobre este inmueble”, afirmó la institución.
El instituto enfatizó que nunca autorizó la reproducción de imágenes del Castillo de Chapultepec para la promoción de la serie y recordó que este lugar es patrimonio nacional protegido por la ley. El INAH ha instado a las empresas y particulares a respetar la legislación mexicana en materia de patrimonio cultural y a solicitar los permisos correspondientes antes de utilizar imágenes de monumentos históricos con fines comerciales.
En un caso similar en 2021, el INAH demandó a la empresa Epic Games por el uso no autorizado de la imagen del Castillo de Chapultepec en el videojuego “Fortnite”. Con estas acciones, el INAH reafirma su compromiso con la defensa y preservación del patrimonio cultural de México y exhorta a la ciudadanía a denunciar cualquier uso indebido de estos bienes.
La polémica ha generado un debate sobre el respeto y protección del patrimonio cultural, y el INAH reitera su postura firme en contra de cualquier forma de explotación comercial no autorizada de los monumentos históricos del país.