28 septiembre, 2024

 

El paso del huracán John por las costas de Guerrero y Oaxaca este lunes 23 y madrugada del 24 de septiembre, ha dejado a su paso una estela de destrucción y lamentablemente, la pérdida de dos vidas humanas en el municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero. El fenómeno, que se intensificó rápidamente a categoría 3 antes de tocar tierra, afectó gravemente a las comunidades costeras, donde las fuertes lluvias, deslaves y caídas de árboles causaron múltiples daños materiales y cortes en los servicios básicos.

 

El huracán John fue catalogado por el meteorólogo Matt Benz de AccuWeather como un claro ejemplo de cómo los huracanes pueden intensificarse rápidamente debido al calentamiento global y el aumento de la temperatura en la superficie oceánica. “Estas tormentas, que se intensifican con una velocidad que no habíamos visto antes, están relacionadas con el cambio climático. Algo está ocurriendo en nuestras aguas”, afirmó Benz.

 

El incremento repentino en la intensidad de los huracanes ha sido motivo de preocupación para científicos y autoridades, ya que los pronósticos se complican, lo que deja a las comunidades con poco tiempo para prepararse. El gobierno de los estados de Guerrero y Oaxaca reaccionó a tiempo al ordenar la suspensión de clases en diversas zonas costeras, medida preventiva que buscaba salvaguardar a la población escolar y evitar accidentes durante el embate del meteoro.

 

Víctimas de Tlacoachistlahuaca

Durante la conferencia matutina  de este martes 24 de septiembre, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, confirmó el fallecimiento de dos personas en la comunidad de Tlacoachistlahuaca, producto de un deslave ocasionado por las intensas lluvias. “Lamentablemente, dos personas perdieron la vida a causa de un deslave que afectó su vivienda”, informó la gobernadora. Salgado Pineda, en conjunto con la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), encabezada por Laura Velázquez, detalló que varias localidades de Guerrero, particularmente en la Costa Chica, sufrieron daños significativos por el paso de John.

 

Asimismo, la gobernadora informó que 170 refugios temporales fueron habilitados en la Costa Chica para albergar a las personas desplazadas o afectadas por las inundaciones, mientras que se desplegaron 18 mil 718 elementos de los tres niveles de gobierno, junto con vehículos y helicópteros, para asistir a la población damnificada. “Hemos estado en constante comunicación con los presidentes municipales de las zonas afectadas, y seguiremos trabajando para garantizar la seguridad de la población”, destacó Salgado.

Afectaciones en Guerrero y Oaxaca

John tocó tierra en la localidad de Marquelia, Guerrero, en la noche del lunes 23 de septiembre como un huracán categoría 3, provocando graves afectaciones a la infraestructura y los servicios en la región. En Guerrero, más de 98 mil usuarios quedaron sin energía eléctrica, debido a la caída de árboles y postes de luz, lo que agravó la situación para los habitantes que ya enfrentaban inundaciones y deslaves.

 

Las imágenes compartidas en redes sociales mostraban escenas desoladoras: turistas con sandalias caminando bajo intensas lluvias en Puerto Escondido, pescadores sacando apresuradamente sus botes del agua, y carreteras completamente intransitables debido a los deslaves en diversas áreas de Oaxaca. En Oaxaca, se mantuvo la suspensión de clases en las regiones de Istmo de Tehuantepec, la Costa y la Sierra Sur, hasta que las condiciones meteorológicas mejoren.

Planes de Emergencia en Acción

La rápida respuesta del gobierno estatal y federal fue clave para mitigar los efectos del huracán. Laura Velázquez, titular de la CNPC, destacó la activación de los planes DN-III-E, Marina y Guardia Nacional en las zonas afectadas. “Tenemos a más de 18 mil elementos desplegados en la Costa Chica, con el apoyo de vehículos y aeronaves para asistir a las comunidades que más lo necesitan”, comentó Velázquez.

 

En tanto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comenzó de inmediato los trabajos para restablecer el servicio eléctrico en las áreas afectadas, logrando recuperar cerca del 35% de la energía en Guerrero en las primeras horas tras el paso del huracán. También se enviaron cinco mil despensas y casi 20 mil litros de agua para abastecer a las familias en los refugios temporales.

 

El fenómeno de intensificación de huracanes como John ha dejado una lección importante en la región, especialmente después de la devastación causada por el huracán Otis el año anterior. Otis, que afectó gravemente a Acapulco, dejó la ciudad sumida en el caos, con cortes de energía prolongados, saqueos y una respuesta gubernamental que fue severamente criticada por su lentitud. En esta ocasión, la administración federal de López Obrador y los gobiernos estatales de Guerrero y Oaxaca tomaron medidas preventivas de manera oportuna, en un esfuerzo por evitar una tragedia de mayor magnitud.

 

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que, aunque John se degradó rápidamente a tormenta tropical tras tocar tierra, todavía se espera que arroje lluvias torrenciales en áreas de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Michoacán durante los próximos días. Las precipitaciones, que podrían acumular hasta 50 centímetros en algunas zonas, plantean un riesgo importante de inundaciones y desbordamientos de ríos.

 

El meteorólogo Matt Benz expresó su preocupación de que John pueda ralentizar su avance y permanecer estático sobre algunas áreas costeras, lo que podría prolongar las lluvias y aumentar los daños. “Es probable que las comunidades afectadas sufran el impacto de la tormenta durante las próximas semanas, si no meses”, advirtió Benz.

 

Protección Civil emitió alertas en varios estados del sur de México, con pronósticos de lluvias extraordinarias en Guerrero y Oaxaca, torrenciales en Chiapas y Veracruz, e intensas en Michoacán y Puebla. “Hacemos un llamado a la población a mantenerse en lugares seguros, evitar cruzar ríos y estar atentos a las recomendaciones de las autoridades”, declaró Laura Velázquez.

Resiliencia de las Comunidades

A pesar de los efectos devastadores del huracán John, la respuesta de las comunidades afectadas ha sido de cooperación y resiliencia. Los habitantes de Guerrero y Oaxaca, acostumbrados a enfrentar las fuerzas de la naturaleza, se han volcado en el apoyo mutuo. En las redes sociales, se compartieron múltiples testimonios de personas que ofrecían sus casas como refugios temporales o llevaban alimentos a las familias que lo necesitaban.

 

En Puerto Escondido, pescadores que habían perdido sus embarcaciones debido a los fuertes vientos y oleajes, se organizaron en grupos para recuperar sus botes, mientras que otros ayudaban a limpiar las calles de escombros. Las autoridades locales han implementado cuadrillas de trabajadores y maquinaria pesada para despejar las principales vías de acceso, mientras que los residentes colaboran en la limpieza de sus barrios.

 

El paso del huracán John ha subrayado la necesidad urgente de un enfoque más robusto para la gestión de huracanes en México. Si bien el país cuenta con sistemas avanzados de prevención para terremotos, las autoridades reconocen que aún hay áreas de oportunidad para mejorar la preparación ante fenómenos meteorológicos.