La Klebsiella oxytoca BLEE positiva se ha convertido en una grave preocupación en los hospitales mexicanos debido a su resistencia a los antibióticos y su capacidad para provocar infecciones nosocomiales severas. Expertos advierten que su control y tratamiento representan un reto creciente para el sistema de salud pública en México.
La Klebsiella oxytoca produce enzimas llamadas beta-lactamasas de espectro extendido (BLEE), lo que le permite ser resistente a antibióticos como las penicilinas y cefalosporinas. Esta situación dificulta el tratamiento en pacientes vulnerables, como personas hospitalizadas por largos periodos.
“El problema es que esta bacteria puede adherirse a superficies y formar biopelículas en dispositivos médicos como catéteres, lo que incrementa significativamente el riesgo de infecciones hospitalarias”, explicó el Dr. David Díaz Santana, especialista en epidemiología y salud pública.
¿Cómo se transmite y cómo prevenir su propagación?
La transmisión de esta bacteria ocurre principalmente a través del contacto con superficies contaminadas, equipo médico y las manos del personal de salud. “El lavado constante de manos, el uso adecuado de equipo de protección personal y la desinfección rigurosa de los materiales son esenciales para evitar contagios”, afirmó el experto.
Para fortalecer la prevención, los especialistas recomiendan seguir estrictamente los protocolos de aislamiento establecidos en la Norma Oficial Mexicana 045 y realizar auditorías regulares. El Dr. Díaz Santana destacó que los hospitales deben monitorear constantemente los procesos de limpieza y evaluar resultados mediante indicadores específicos.
Impacto en el tratamiento: opciones limitadas
La resistencia de la Klebsiella oxytoca BLEE positiva obliga a los médicos a recurrir a antibióticos de última generación, como los carbapenémicos, los cuales deben administrarse con base en pruebas de sensibilidad antimicrobiana. “Es fundamental garantizar el uso adecuado de estos medicamentos para evitar que la resistencia aumente y se pierdan opciones terapéuticas”, puntualizó el especialista.
Capacitación del personal, clave para la prevención
La capacitación continua del personal médico y de enfermería es fundamental. Programas de formación, simulaciones prácticas y la promoción de una cultura de seguridad hospitalaria permiten mejorar la respuesta ante casos de esta bacteria. “Un equipo preparado puede detectar a tiempo los síntomas, aplicar las medidas preventivas y proteger a los pacientes”, afirmó Díaz Santana.
El control de Klebsiella oxytoca BLEE positiva requiere un enfoque integral que combine la vigilancia constante, medidas preventivas, capacitación del personal y protocolos estrictos. La falta de atención a estas estrategias podría aumentar el riesgo de brotes en hospitales, afectando principalmente a pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos.
La presencia de esta bacteria resalta la urgencia de reforzar la higiene en los hospitales mexicanos y promover el uso responsable de los antibióticos. “Si no actuamos con rapidez, este problema podría convertirse en una crisis de salud pública aún mayor”, advirtió Díaz Santana.