Por Ricardo Burgos Orozco
Hace 45 años cuando cubría la Fuente Política, estaba reporteando en el pleno de la Cámara de Diputados cuando se me acercó una persona para presumir que pronto lo iba a entrevistar porque ya estaba en la lista de precandidatos del Partido Revolucionario Institucional a la siguiente Legislatura. El único problema, me dijo, es que hay otros 500 aspirantes del PRI para la misma curul. Por supuesto, este hombre nunca llegó a cumplir sus aspiraciones.
Así como este personaje había muchos otros que soñaban con una curul, un escaño, una gubernatura, un puesto en el gobierno y nunca se les hizo porque era el tiempo en el que el PRI era el todo poderoso, que arrasaba en las elecciones, que pensábamos que nunca iba a perder su fuerza y su influencia popular, en donde los políticos querían refugiarse para tener su futuro asegurado.
Las cosas han cambiado. El PRI ahora es una ruina que da pena porque cada vez son menos aquellos quienes presumen de ser priistas; ahora la moda política es estar en el Movimiento de Regeneración Nacional o Morena, porque es el partido en el poder, como en aquel entonces era el tricolor. Ya vimos que no sólo priistas, sino panistas – sin escrúpulos e ideología — se cambian de camiseta porque les conviene o se protegen de ser perseguidos por el oficialismo actual, como en el caso de los Yunes.
El PRI de ahora es una caricatura desde su dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, exgobernador de Campeche, quien ha dado más de qué hablar por los moquetes que le puso al impresentable Gerardo Fernández Noroña y a su escudero lambiscón de cuyo nombre ni siquiera interesa, en el cierre de la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión el pasado 27 de agosto.
Para colmo de males para el PRI, Alejandro “Alito” Moreno se ha empecinado en permanecer como líder lo que ha restado legitimidad al partido y cada vez se ve más mermado de militantes en todos los estados y en el Congreso de la Unión.
Cuando era poderoso, el PRI tuvo dirigentes de mucho peso en la política como Alfonso Corona del Rosal, Alfonso Martínez Domínguez, Carlos Alberto Madrazo Becerra, Carlos Sansores Pérez, Javier García Paniagua, Jorge de la Vega Domínguez, Luis Donaldo Colosio y Beatriz Paredes Rangel, entre los más destacados y que vivieron las épocas de gloria del partido. Decían en aquel entonces que había muchos fraudes electorales en cualquier elección…lo mismo que ocurre ahora, sólo que con otros protagonistas.
El edificio del Revolucionario Institucional, en la calle de Insurgentes Norte, era un complejo de varios inmuebles con miles de trabajadores y visitantes de todos los niveles, que nunca faltaban, en busca de acogerse a los privilegios que brindaba estar en el poder. Ahora las cosas han cambiado, los empleados son muy pocos, gran parte de las torres fueron vendidas y ya nadie acude en busca de apoyo porque simplemente no lo van a encontrar.
De ser la primera fuerza política del país en sus años gloriosos, ahora el PRI es la cuarta y para las elecciones del 2027 pudiera ser que no sobreviva si se cumple la reforma electoral como la concibió Andrés Manuel López Obrador y la está proponiendo Claudia Sheinbaum Pardo para reducir el número de diputados y senadores de representación proporcional.
Como vamos, pudiera ser que sólo el PAN se mantenga como oposición. Del PRI ya estaremos diciendo: ¡Estas ruinas que ves!

