22 noviembre, 2024

A pocas semanas de la jornada electoral del 2 de junio de 2024, el Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta un desafío significativo: la renuncia de miles de funcionarios de casilla y capacitadores electorales.

 

La dimensión de esta problemática no es menor; alrededor de 500,000 ciudadanos, que representan el 33% del total requerido para operar las 170,000 casillas planeadas a nivel nacional, han declinado su participación.

 

Este fenómeno no solo refleja un problema de gestión sino también pone en evidencia las tensiones y desafíos que enfrenta la logística electoral en México.

 

Causas de las Renuncias

Las razones detrás de estas renuncias son variadas. Aunque predominan problemas de índole personal y laboral, también se mencionan cuestiones de inseguridad en comunidades específicas.

 

Además, factores como la falta de incentivos económicos adecuados y la competencia por empleo en otras áreas, como el turismo y grandes proyectos como el Tren Maya, han influido notablemente.

 

En regiones como Baja California, Chihuahua, Quintana Roo, y la propia Ciudad de México, el desinterés se acentúa debido a la mayor oferta laboral que supera los beneficios económicos ofrecidos por el INE para estas funciones.

 

Estrategias del INE ante la crisis

Ante la urgencia de la situación y la imposibilidad de emitir nuevas convocatorias para contratar personal, el INE ha optado por medidas extraordinarias.

 

Se ha propuesto habilitar a personal de las Juntas Distritales Ejecutivas, del Servicio Profesional Electoral Nacional y otros empleados de la institución para suplir a los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) y Supervisores Electorales (SE) que han renunciado. Estas acciones están pendientes de aprobación por el Consejo General del INE, pero destacan la flexibilidad y adaptabilidad que el organismo debe ejercer en circunstancias adversas.

El consejero Jaime Rivera, junto con otros miembros del INE, ha expresado preocupación por cómo estas renuncias podrían impactar la operatividad del día electoral, especialmente en funciones críticas como la instalación de casillas, el funcionamiento del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y los conteos rápidos. La correcta integración de las mesas directivas de casilla es fundamental para la transparencia y la eficacia del proceso electoral.

Esta situación subraya la necesidad de revisar y posiblemente reformar los procesos de reclutamiento y retención de personal electoral en México. Las consejeras del INE, incluyendo a Carla Humphrey y Dania Ravel, han sugerido realizar estudios para evaluar los riesgos y la eficacia de las estrategias implementadas, buscando garantizar que no se repita una crisis similar en futuros procesos electorales.

La renuncia de un número tan elevado de funcionarios y capacitadores no solo desafía la logística del INE sino que también plantea preguntas sobre la robustez del sistema electoral mexicano frente a presiones internas y externas.

 

La capacidad del INE para gestionar estos retos será determinante no solo para la conducción de las elecciones de 2024, sino para la confianza en el proceso electoral en su conjunto.

 

La institución está, por tanto, en un momento crítico donde debe demostrar su capacidad de adaptación y respuesta ante adversidades significativas, asegurando que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto de manera ordenada y segura.