9 noviembre, 2024

 

En Chalco, Estado de México, las secuelas de las recientes inundaciones aún afectan a la comunidad, especialmente ante el regreso a clases. El 95% del agua que cubría las calles ya ha bajado, pero el lodo, desperdicios y heces fecales que quedaron en las vialidades generan preocupación entre los padres de familia, quienes temen por la salud de sus hijos hoy iniciaron su retorno a las escuelas de la zona.

 

Las autoridades locales, en un intento por prevenir brotes de enfermedades gastrointestinales, han tomado medidas urgentes. Se ha esparcido cal en las 18 calles más afectadas para neutralizar los desechos y minimizar el riesgo sanitario, sin embargo, muchos padres consideran que esta solución no es suficiente, ya que con el viento, los residuos y la cal se levantan con el aire, empeorando las condiciones ambientales.

 

“Está peligroso, todo lo que estamos respirando no es nada limpio. Si hay una enfermedad, podría afectar a los niños. Tenemos miedo”, comentó Elizabeth González, una vecina preocupada.

 

A pesar de que las escuelas no resultaron anegadas por las aguas, el acceso a ellas es un problema mayor, dado que las calles por las que los niños deben transitar están llenas de lodo y contaminadas, lo que ha llevado a los padres a proponer alternativas como el regreso a las clases en línea hasta que la situación mejore. “Preferiría que mis hijos tomaran clases en línea por ahora. Aunque ya no hay agua en las calles, están intransitables y llenas de suciedad”, expresó Zoyla, madre de dos niños que estudian en una escuela de la zona.

 

 

La contingencia ha dejado una huella profunda en las familias afectadas, quienes no solo enfrentan el deterioro de sus viviendas, sino también la pérdida de materiales escolares. “Perdimos los cuadernos, los colores, todo lo que habíamos comprado para el regreso a clases. Apenas tenemos el uniforme del año anterior y zapatos viejos, lo que significa un gasto adicional que no podemos cubrir”, añadieron algunos padres.

 

Ante esta situación, las autoridades siguen trabajando en la limpieza y recuperación de las calles, aunque los avances no han sido suficientes para tranquilizar a los habitantes.

 

Mientras tanto, la comunidad sigue buscando alternativas para que los estudiantes puedan continuar su educación sin exponerse a riesgos innecesarios. La demanda de clases en línea sigue en aumento, ya que los padres consideran que el entorno aún no es adecuado para el regreso a las aulas de forma presencial.