28 septiembre, 2024

En la recta final de las elecciones municipales, José Alfredo Cabrera Barrientos, candidato de la alianza Corazón y Fuerza por México (PRI-PRD-PAN) a la alcaldía de Coyuca de Benítez, fue asesinado en un acto público. El lamentable suceso ocurrió ayer, justo cuando el candidato se disponía a subir al templete para su cierre de campaña, en un evento que terminó en tragedia frente a decenas de seguidores.

 

El asesinato ocurrió aproximadamente a las 5:40 p.m., en la cancha de baloncesto de la colonia Las Lomas, un lugar que debería ser de recreación y no de violencia. Cabrera Barrientos, saludando a los asistentes, fue abatido por la espalda por un agresor que logró acercársele en medio de la multitud. Un video que circula en redes sociales captura el horror de los momentos, registrando al menos 15 detonaciones que sembraron pánico entre los presentes.

 

Mientras tanto el presidente López Obrador sigue percibiendo una “campaña fresa”, donde no ve problemas de gravedad. Aunque México atraviese las elecciones más violentas de su historia, con un incremento de violencia e inseguridad en estados como Guerrero, Michoacán, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Veracruz y el Estado de México.

 

La Fiscalía del Estado de Guerrero no tardó en responder y en un comunicado, confirmó que el presunto agresor fue abatido en el lugar por las fuerzas de seguridad. Se ha iniciado una carpeta de investigación por homicidio calificado, buscando esclarecer los motivos detrás de este acto y hallar a todos los responsables.

 

Este hecho ha provocado una ola de reacciones en el ámbito político. El PRI, a través de sus redes sociales, expresó su profunda tristeza y condenó el asesinato, exigiendo que se investigue exhaustivamente el crimen y se castigue a los culpables. “Es una pena que el gobierno de Morena no haya hecho ni el más mínimo esfuerzo para garantizar la seguridad de las candidatas y candidatos”, lamentó el partido.

 

Rubén Moreira, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, fue más allá y criticó duramente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por su supuesta indiferencia ante la violencia que azota al país: “El país está hundido en la violencia y el gobierno cierra los ojos. Estamos hartos de su omisión criminal, declaró Moreira en un mensaje que resonó en las redes.

 

La senadora Xóchitl Gálvez también se hizo eco del dolor y la indignación que ha causado este asesinato. Conocedora de la labor de Cabrera, especialmente durante su ayuda tras el huracán Otis, Gálvez resaltó su generosidad y compromiso con el pueblo de Coyuca de Benítez. En su mensaje en redes sociales, envió condolencias a la familia y amigos del fallecido, pidiendo paz para su alma.

 

Este suceso se inscribe en un contexto más amplio de violencia electoral en Guerrero, que ha visto la muerte de varios políticos en los últimos meses. Desde el asesinato de Aníbal Zúñiga Cortés y su esposa hasta los ataques contra otros candidatos y funcionarios públicos, la entidad se ha convertido en un reflejo alarmante de la inseguridad que enfrentan los procesos democráticos en algunas regiones de México.

 

El asesinato de Cabrera Barrientos no es un hecho aislado sino un síntoma de una problemática más profunda que afecta a Guerrero y, por extensión, a toda la nación. La comunidad exige respuestas y acciones concretas para asegurar la integridad de sus procesos democráticos y la seguridad de sus ciudadanos, esperando que la justicia prevalezca en un ambiente cada vez más hostil.

 

A medida que las investigaciones avanzan, la ciudadanía se pregunta si este ciclo de violencia encontrará fin y qué medidas se implementarán para proteger a los futuros candidatos. La respuesta a estos interrogantes será crucial para la salud de la democracia en Guerrero y en todo México.