Expertos en movilidad urbana han hecho un llamado urgente para avanzar en la descarbonización del transporte concesionado en la Ciudad de México. Rodrigo Díaz, presidente del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), destacó la importancia de sustituir los camiones a gasolina por unidades eléctricas en los corredores concesionados, una medida que consideran clave para reducir la huella de carbono en la capital.
En la mesa de diálogo “Electrificando el transporte”, Díaz señaló que, aunque la Ciudad de México muestra avances en la electromovilidad, todavía hay espacios de oportunidad importantes para seguir mejorando. Entre las propuestas más destacadas se encuentra la compra masiva consolidada de vehículos eléctricos, una estrategia que implica la participación conjunta de empresas armadoras, el gobierno, la banca privada y los propios corredores concesionados. Este esquema ha sido exitosamente implementado en países como Colombia, Perú e incluso en algunas ciudades de India.
Actualmente, el Sistema de Movilidad Integrada de la Ciudad de México cuenta con una flota de más de 600 vehículos eléctricos, la mayoría de los cuales operan en el Metrobús. Además, hace apenas unas semanas, se incorporaron 50 nuevos camiones eléctricos a la Red de Transporte de Pasajeros (RTP), y la capital ya cuenta con más de 500 trolebuses en funcionamiento.
La propuesta de electrificar los corredores concesionados, según los especialistas, no solo ayudaría a reducir las emisiones contaminantes, sino que también representaría un paso hacia la modernización del transporte público. Los corredores concesionados, que siguen utilizando en su mayoría camiones de combustión interna, son uno de los sectores donde se puede avanzar más rápidamente si se implementan políticas que incentiven la renovación de flota hacia tecnologías limpias.
Los expertos subrayan la necesidad de alianzas público-privadas para lograr la financiación de la electromovilidad y evitar que la transición recaiga exclusivamente en los concesionarios. Estas medidas no solo tendrían un impacto positivo en la calidad del aire en la Ciudad de México, sino que también contribuirían a la lucha global contra el cambio climático.
El impulso de corredores verdes en el transporte concesionado sería un gran paso para consolidar una movilidad más sostenible y marcaría un precedente para otras ciudades latinoamericanas que también enfrentan desafíos similares en la transición hacia transportes más ecológicos.