El alcalde de Coyoacán, Giovani Gutiérrez Aguilar, ha solicitado a los diputados del Congreso local abrir un debate urgente sobre una regulación más severa para las chelerías, es decir, los establecimientos que venden bebidas alcohólicas en la vía pública.
En un contexto en el que las reformas a la Ley de Cultura Cívica sobre la prohibición de las chelerías, han engtrado en vigor, el alcalde se mostró preocupado por la continuidad de estas operaciones en la Ciudad de México.
Gutiérrez Aguilar afirmó que es necesario endurecer las leyes que regulan la venta de alcohol en espacios públicos, sugiriendo que este problema debería ser tratado como un delito penal en lugar de una simple falta administrativa. En su opinión, el enfoque actual no ha sido suficiente para erradicar el problema, que afecta especialmente a los más jóvenes al permitir que los menores estén expuestos a la venta de alcohol.
A pesar de la prohibición, los operativos para detectar y eliminar los puntos de venta de bebidas alcohólicas en la vía pública, especialmente en tianguis y alrededores de mercados, han demostrado ser ineficaces. Personal de Escudo Coyoacán, junto con elementos de la Guardia Nacional, han estado realizando recorridos en las colonias más afectadas, como Ajusco y Pedregal de Santo Domingo. Gutiérrez enfatizó: “Esta ciudad no puede estar caracterizada por la venta de micheladas o cualquier bebida alcohólica en espacios públicos, cerca de escuelas o en las inmediaciones de deportivos”.
Las sanciones para quienes violen esta normativa son severas, incluyendo multas de más de 3,000 pesos, arrestos de hasta 36 horas y trabajo comunitario de hasta 18 horas; sin embargo, el primer día de la prohibición reveló que muchos de estos negocios continuaron operando sin contratiempos, particularmente en zonas como Tepito, donde se observó la ingesta de alcohol por parte de adultos con niños presentes, desafiando la presencia de patrullas en la zona.
Los comerciantes entrevistados en estas áreas mostraron un notable desinterés por las nuevas regulaciones, afirmando que a pesar de conocer la prohibición, la situación cambiaría “para enero”. Esta falta de cumplimiento y la aparente normalización de la venta de alcohol en la vía pública subrayan la necesidad urgente de un enfoque más riguroso y efectivo por parte de las autoridades locales.
En un contexto donde la seguridad ciudadana se ve comprometida, la necesidad de debatir y reforzar las leyes en torno a la venta de alcohol en la vía pública se vuelve una prioridad. La voz de Gutiérrez Aguilar es un llamado a la acción que espera no ser ignorado por el Congreso de la Ciudad de México.