22 noviembre, 2024

Se ha marcado un hecho histórico en la cultura gastronómica de Oaxaca, al declarar el Nicuatole como Patrimonio Inmaterial y Cultural del estado. Este postre ancestral, de profundas raíces zapotecas, recibe así un reconocimiento oficial que asegura su preservación y promoción para futuras generaciones.

 

El Congreso local de Oaxaca aprobó por unanimidad, con 36 votos a favor, el decreto que otorga al Nicuatole el estatus de Patrimonio Cultural e Inmaterial, medida que representa una victoria en el esfuerzo por preservar esta tradición culinaria, cuyo origen se remonta a tiempos prehispánicos. La declaración subraya no solo la importancia cultural del dulce, sino también su rol como un símbolo de la identidad zapoteca.

 

 

Sergio López Sánchez, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Oaxaca, expresó que la votación representa una “primera batalla ganada” en el esfuerzo por proteger y promover el Nicuatole, que tiene como propósito preservar la receta y el método tradicional de preparación, evitando el plagio y robo intelectual. Además, fomenta el autoempleo y el sustento de las familias que dependen de la manufactura de este dulce, beneficiando directamente a más de 300 familias en las comunidades de San Agustín Yatareni, Santa María Atzompa y San Andrés Huayápam.

 

Impacto Cultural y Económico

El Nicuatole no solo es un dulce, sino un símbolo de la riqueza gastronómica de Oaxaca y de la tradición zapoteca. Su declaración como Patrimonio Inmaterial y Cultural asegura la continuidad de su elaboración artesanal, fortaleciendo el sentido de identidad y orgullo entre los habitantes de los municipios productores.

 

Esta medida también juega un papel crucial en la economía local, porque su promoción y el consumo del postre genera empleo y ayudan a sustentar a numerosas familias que mantienen viva esta tradición.

 

 

La elaboración del Nicuatole es un proceso meticuloso que refleja la rica herencia culinaria de la región. Es cocido en estufas de leña durante aproximadamente dos horas, el dulce se deja cuajar antes de ser sazonado con agua y sabores que pueden incluir frutas o nuez. Además, se tiñe con grana cochinilla, otorgándole su característico color rojo.

 

Este proceso no solo es una manifestación de la habilidad y el conocimiento de las mujeres indígenas que lo preparan, sino también un reflejo de la conexión profunda entre la comida y la cultura en Oaxaca.

 

Preservación y Promoción

Con la reciente declaración, el Nicuatole no solo recibe el reconocimiento que merece, sino que también se abre camino hacia la obtención de una denominación de origen ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). Este paso es fundamental para asegurar que la receta y el método tradicional de preparación sean protegidos y reconocidos oficialmente.

 

 

El dulce se encuentra disponible en mercados públicos de la ciudad de Oaxaca y en locales de San Andrés Huayápam y Santa María Atzompa, cuya presencia en estos puntos de venta no solo satisface a los consumidores locales y turistas, sino que también contribuye a la economía de la región.

 

La demanda apoya directamente a las comunidades productoras, asegurando que esta tradición culinaria continúe siendo un elemento central en la vida cultural y económica de Oaxaca.

 

Esta declaración es un testimonio de la riqueza y diversidad del patrimonio gastronómico mexicano, además el reconocimiento no solo asegura su lugar en la historia, sino que también celebra la continua vitalidad de las tradiciones culinarias de Oaxaca, contribuyendo a la preservación y apreciación de la herencia zapoteca para las generaciones futuras.