22 noviembre, 2024

Este martes 23 de abril, se reanudó el juicio penal contra el expresidente estadounidense Donald Trump en una corte de Nueva York, centrando la atención en acusaciones de fraude contable relacionadas con un pago encubierto a la ex actriz de cine para adultos, Stormy Daniels. Trump enfrenta 34 cargos en un caso que ha capturado la atención pública tanto por sus implicaciones legales como políticas.

 

La jornada comenzó bajo la sombra de una posible sanción contra Trump por violar una orden de silencio impuesta por el juez Juan Merchan a finales de marzo. Esta orden fue dictada para evitar que Trump hiciera declaraciones públicas que pudieran influir en testigos o jurados, tras una serie de comentarios que el juez calificó de “amenazantes e inflamatorios”. A pesar de esto, Trump ha cuestionado repetidamente la restricción a través de sus redes sociales, lo que podría llevar a una multa.

 

En lo que respecta al caso central, Trump es acusado de haber autorizado un pago de 130,000 dólares a Daniels para supuestamente mantenerla en silencio sobre un encuentro sexual que habrían tenido una década antes de las elecciones presidenciales de 2016, donde Trump resultó electo. La fiscalía argumenta que este pago constituye un fraude contable y un intento de influir ilegalmente en el resultado electoral.

 

El testimonio más destacado del día fue el de David Pecker, expresidente de American Media Inc., quien confirmó ante la corte que su compañía favoreció la campaña de Trump en 2016 como parte de un acuerdo. Pecker relató cómo, en 2015, se le pidió reunirse con Trump y su entonces abogado Michael Cohen en Trump Tower para discutir cómo podía su conglomerado mediático ayudar a la campaña presidencial del magnate.

 

Al cierre de la jornada, Trump criticó las circunstancias de su juicio, comparando su situación con la campaña en curso del actual presidente Joe Biden, alegando una supuesta injusticia en el trato que recibe. Además, continuó lanzando acusaciones contra el juez Merchan, a quien calificó de corrupto por la imposición de la orden de silencio.

 

Este juicio no solo está analizando las acusaciones específicas contra Trump, sino que también está poniendo a prueba las normas de conducta y las limitaciones legales para un expresidente, en un contexto de división política, debate público intensos y proceso electoral.