El volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo, ha entrado en una nueva fase eruptiva, sorprendiendo con fuentes de lava que alcanzan hasta 80 metros de altura. La erupción inició el 23 de diciembre alrededor de las 2:20 horas locales dentro del cráter Halema’uma’u, en la Gran Isla de Hawái, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Aunque el evento ha captado la atención mundial, las autoridades han señalado que no representa un peligro inmediato para la infraestructura cercana, sin embargo, el principal riesgo en este momento son los altos niveles de gases volcánicos, que están siendo transportados hacia el suroeste debido a los vientos.
Durante las primeras horas de actividad, la erupción se estabilizó dentro del cráter del Kilauea, permitiendo que el nivel de alerta bajara de rojo a naranja y la advertencia se redujera a vigilancia. Según el USGS, la lava ya ha cubierto un área de aproximadamente 400 acres dentro del suelo de la caldera, sin cambios significativos en las zonas de grietas.
“La columna de gas volcánico ha alcanzado entre 6,000 y 8,000 pies de altura sobre el nivel del mar”, detallaron las autoridades. La actividad se mantiene limitada al área cerrada del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, donde los visitantes pueden observar este impresionante fenómeno desde zonas seguras.
El Kilauea es conocido por ser uno de los volcanes más jóvenes y activos de Hawái. Su última fase destructiva ocurrió en 2018, cuando una erupción devastó 700 casas y obligó a miles de residentes a evacuar. Este evento destaca nuevamente la importancia de la vigilancia constante en una región volcánicamente activa.
Las impresionantes imágenes captadas por cámaras de vigilancia muestran ríos de lava descendiendo por el lado oeste de la caldera, iluminando la noche con tonos naranjas y amarillos que contrastan con el negro del material fundido.
El USGS ha recordado a los visitantes y residentes que, aunque la erupción está contenida, los gases y partículas finas pueden representar un peligro para la salud. Las autoridades locales continúan monitoreando la actividad para responder de inmediato ante cualquier cambio en la situación.
El despertar del Kilauea vuelve a recordarnos el poder de la naturaleza y la fascinación que despiertan los volcanes en todo el mundo.