Las plataformas de transporte privado, como Uber y DiDi, llegaron con la promesa de ofrecer seguridad y confianza a sus usuarios, pero diversos casos demuestran lo contrario, donde dicha promoción quedó solo en ilusión. En México, un país donde el 94% de los delitos queda impune, según México Evalúa, la seguridad de estas aplicaciones está en entredicho.
Un ejemplo que evidenció esta problemática ocurrió el pasado 9 de diciembre, cuando el conductor de televisión Michelle Rubalcava denunció en la red social X (antes Twitter) el robo de un paquete enviado a través de Uber Priority. Su publicación alcanzó casi tres millones de reproducciones, convirtiéndose en un llamado de atención sobre la inseguridad en estas plataformas.
Rubalcava relató que compró bolsas con un valor de 10 mil pesos en Estados Unidos para una amiga. Contrató el servicio de Uber desde la colonia Nápoles hacia Coyoacán, en la Ciudad de México, pero el conductor, identificado como Esteban, al volante de un Renault Kwid con placas W07BKC, canceló el viaje y se quedó con las bolsas. A pesar de reportar el incidente a Uber y en redes sociales, ni Rubalcava ni su amiga lograron recuperarlas.
Lo más alarmante es que, tras su denuncia, Rubalcava recibió numerosos mensajes de otros usuarios compartiendo experiencias similares. “En el ambiente artístico también pasa”, mencionó, citando casos de personalidades como Lorena Herrera y Geraldine Bazán. Esto evidencia que no se trata de incidentes aislados, sino de un patrón recurrente.
La publicidad que acompañó la llegada de Uber a México en 2013 posicionó a la plataforma como una alternativa más segura que los taxis tradicionales. Se promovían características como la identificación del conductor, las placas del vehículo y los procesos de selección, sin embargo, los usuarios han descubierto que estas medidas no son suficientes para prevenir delitos como robos, extorsiones y, en algunos casos, agresiones.
En este contexto, las redes sociales se han convertido en un canal crucial para buscar justicia o apoyo, pero ¿es esto suficiente? La situación plantea la necesidad urgente de mejorar las políticas de seguridad y responsabilidad corporativa de estas plataformas, así como reforzar la actuación de las autoridades en casos reportados.
Mientras tanto, los usuarios deben tomar precauciones adicionales y cuestionar si las promesas de seguridad digital realmente se cumplen en el día a día.