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La salud mental entre la población de la Ciudad de México se está convirtiendo en un problema de salud pública de acuerdo a los datos registrados en los últimos años, donde factores del entorno en el que se vive puede agravar la situación.

De acuerdo al Sexto Informe de Gobierno de la ciudad, en los primeros siete meses de 2024 se realizaron 18 mil 273 consultas por ansiedad, que representa un incremento del 669% respecto al año 2020, que fue de 2 mil 376; mientras que el estrés registró un alza significativa, al pasar de mil 15 casos a 2 mil 427, que implica un aumento del 143.5%; y sobre los casos de depresión, estos crecieron un 16.3% en el mismo periodo, sumando una cifra de 14 mil 248 consultas.

Aunado a este panorama, está el entorno en el que se vive, que puede afectar considerablemente en la salud mental. Un estudio del año 2021, publicado en la revista Public Health Reports, indica que en comparación con zonas rurales, los habitantes de las ciudades tienen tasas más altas de angustia, trastorno de estrés postraumático y paranoia; por lo que, vivir en la ciudad puede estar asociado a tasas elevadas de ansiedad y depresión.

En ese sentido, factores que se viven diariamente en las ciudades como la contaminación acústica y ambiental, o vivir bajo la presión del tiempo, el hacinamiento y condiciones generadoras de estrés; aumentan la irritabilidad y el malestar psicológico.

Desafortunadamente, el sistema de salud mental de la Ciudad de México no está preparado para dar respuesta a la alta demanda que se registra. Los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA), tienen una déficit de especialistas que se refleja en las largas lista de espera para obtener una consulta.

No obstante al desalentador panorama, los esfuerzos en la Ciudad de México se suman para abordar la problemática y tomar acciones tendientes a su atención.

Recientemente se realizó el Foro “Por un sistema de salud mental contemporáneo, integrador e incluyente con enfoque social”, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de México (UNAM); en la que participaron la Comisión de Salud del Congreso de la Ciudad de México y el Colegio Mexicano de Profesionistas en Trabajo Social en el área de Salud y Bienestar A.C. (COTSSBAC).

En este encuentro, Carmen Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, reconoció que la salud mental es un componente esencial del bienestar integral de las personas y de las comunidades; de ahí que, cuando no se abordan adecuadamente podrían generar afectaciones en diversos ámbitos de la vida, como los rubros: familiar, escolar, laboral y comunitaria, e incluso, puede ser causa de discapacidad psicosocial.

Como derecho inalienable, su atención no puede relegarse, en particular en un contexto en el que las secuelas de la pandemia por la COVID-19 visibilizaron las carencias estructurales en esta materia. Hoy, más que nunca, enfrentamos desafíos urgentes que demandan acciones colectivas coordinadas y efectivas”, aseveró.

Durante su intervención, Nadine Gasman, secretaria de Salud de la CDMX, resaltó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), de 2018 a 2021, el 14 por ciento de los habitantes de la urbe reportaron haber enfrentado un trastorno de salud mental en el último año; mientras que en 2020, siete de cada 10 capitalinos tenían necesidades de salud mental no atendidas.

Y desafortunadamente los datos de la OMS, dijo, revelan que la ansiedad y depresión afectan de manera desproporcionada a las mujeres.


Como respuesta de atención al problema, recordó que la dependencia a su cargo, presentó la estrategia “Ciudad con Salud Emocional: Vida Plena, Corazón Contento”; política integral que coloca al estado emocional en el centro las acciones.

En su participación, Daptnhe Cuevas Ortiz, titular de la Secretaría de las Mujeres de la ciudad, explicó que la salud mental sustenta las capacidades para la toma de decisiones, establecer relaciones interpersonales y contribuir al desarrollo socioeconómico; no obstante, dijo, es un proceso dinámico y complejo determinado por factores individuales, sociales y estructurales que interactúan de manera única en cada persona.


Por su parte, la diputada Miriam Valeria Cruz, presidenta de la Comisión de Salud en el Congreso de la CDMX, consideró que en el foro se compart el compromiso por elaborar estrategias y propuestas legislativas como de política pública, que beneficien a la ciudadanía en materia de salud mental.

E indicó que a través del quehacer conjunto entre la academia, el gobierno, el Congreso y sociedad civil, se pueden generar mejores condiciones que garanticen el goce pleno del derecho a la salud de los capitalinos.

Finalmente Nayelli Sara Delgadillo Díaz, encargada de la División de Trabajo Social del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre y presidenta del COTSSBAC, resaltó que el interés de las personas tomadoras de decisiones debe ser mejorar la calidad de vida, aumentar la resiliencia y la capacidad de afrontar el estrés; así como, fortalecer las relaciones interpersonales, mejorar el rendimiento académico y laboral, y reducir el riesgo de enfermedades mentales.