A 79 años del regreso del Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), una ceremonia solemne en la Base Aérea Militar Número 1 en Santa Lucía, Estado de México, rindió homenaje a los valientes aviadores que participaron en la Segunda Guerra Mundial. El evento conmemorativo, cargado de patriotismo y nostalgia, recordó las hazañas de los 295 integrantes que representaron a México en el Teatro de Operaciones del Pacífico, en Filipinas.
Legado histórico en la Segunda Guerra Mundial
El Escuadrón 201, conocido como “Águilas Aztecas”, fue formado en 1944 como respuesta al ataque de submarinos alemanes que hundieron los buques mexicanos Potrero del Llano y Faja de Oro en 1942. Con esto, México entró oficialmente en la Segunda Guerra Mundial, declarando la guerra a las potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia).
Compuesto por pilotos, mecánicos y personal de apoyo, el escuadrón partió hacia Filipinas el 27 de marzo de 1945 y llegó el 1 de mayo. Durante su misión, los miembros del Escuadrón 201 volaron más de 2,842 horas en operaciones de combate, contribuyendo significativamente al esfuerzo aliado. Tras la rendición de Japón y el fin de la guerra, el escuadrón regresó a México el 19 de noviembre de 1945, donde fueron recibidos con honores.
Ceremonia para homenaje solemne
El evento estuvo presidido por el general de División piloto aviador Román Carmona Landa, comandante de la Región Aérea del Centro, acompañado por Guadalupe Balderas Cisneros, subsecretaria de Gobierno de la Zona Nor-Oriente, en representación de la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez. Familiares de los veteranos y autoridades militares se reunieron para honrar la memoria de estos héroes nacionales.
La ceremonia inició con un pase de lista en honor a los cinco pilotos que perdieron la vida en combate: Pablo Ruiz Rivas Martínez, José Espinoza Fuentes, Héctor Espinoza Galván, Mario Fernando López Portillo y Fausto Vega Santander. Ante cada nombre mencionado, las tropas respondieron con un enérgico: “¡Murió por la patria!”, seguido del Toque de Silencio.
Una bandera llena de gloria
La presentadora del evento narró los momentos históricos que marcaron la partida y el regreso del escuadrón, citando las palabras del general Francisco Urquizo: “Que esta bandera vuelva con ustedes, desgarrada, quizá, por las balas del enemigo, pero colmada de gloria”.
Estas palabras resonaron como un recordatorio del compromiso y valentía que caracterizó a los integrantes del Escuadrón 201 durante su misión en Filipinas.
Ofrenda floral y desfile militar
Como parte del homenaje, se colocó una ofrenda floral en memoria de los caídos, mientras agrupamientos de la Base Aérea Militar Número 1 realizaron un desfile. Este acto simbolizó la gratitud de la nación hacia quienes arriesgaron sus vidas en nombre de la libertad y la justicia durante uno de los conflictos más devastadores de la historia moderna.
El desfile contó con la participación de diversas unidades de la FAM, destacando aviones históricos y modernos que reflejan la evolución de la Fuerza Aérea Mexicana. La presencia de familiares de los aviadores del Escuadrón 201 añadió un toque emotivo al evento, con recuerdos y anécdotas compartidas sobre los valientes integrantes.
Legado y relevancia
El Escuadrón 201 no solo marcó un hito en la historia militar de México, sino que también dejó un legado de orgullo nacional y cooperación internacional. Su participación en la Segunda Guerra Mundial fue una demostración del compromiso de México con la paz mundial y el respeto a los derechos humanos.
Hoy, a casi ocho décadas de su regreso, su historia sigue siendo un símbolo de unidad y sacrificio. La Fuerza Aérea Mexicana ha honrado este legado al mantener viva la memoria del escuadrón a través de ceremonias, monumentos y relatos históricos que recuerdan su valor y dedicación.
La ceremonia en Santa Lucía no solo fue un homenaje a los héroes caídos y sobrevivientes del Escuadrón 201, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el papel de México en los grandes eventos históricos del siglo XX. En un mundo que sigue enfrentando desafíos globales, el ejemplo de los “Águilas Aztecas” resuena como un llamado a la solidaridad y el trabajo conjunto por un futuro mejor.
El Escuadrón 201 sigue siendo una fuente de inspiración, recordándonos que el valor y el sacrificio pueden trascender generaciones, llevando consigo la promesa de un México unido y comprometido con la justicia y la paz.
