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(CODICS).- El Programa México dado a conocer por la Presidenta Claudia Sheinbaum, no promoverá la productividad ni aumentará la producción ya que se centra en subsidios asistenciales y sí se traducirá en más importaciones de granos incluyendo maíz blanco para este año lo que hace inviable alcanzar nuestra seguridad y soberanía alimentaria, advirtió José Amadeo Hernández Barajas, Presidente de CEN de la Central Campesina Independiente.
Insuficiente producción nacional de alimentos; mermas y pérdida de lo producido por falta de planeación e infraestructura; agotamiento y contaminación de tierras y aguas; falta de organización y capacitación de los productores; débil y costosa transferencia de nuevas tecnologías; abandono de los conocimientos y técnicas tradicionales en la agricultura y ausencia casi total de crédito y financiamiento tanto público como privado para el sector, fue lo que heredó el actual Gobierno Federal del sexenio pasado, señaló.
Puntualizó el dirigente de la CCI que la producción de alimentos ha venido cayendo en virtud de las sequias que hemos padecido en los últimos años, pero también -desde nuestro punto de vista-, por una política pública asistencialista que no genera el interés por mejorar, por ver a los estímulos del gobierno como un premio al esfuerzo y a la creatividad.
De acuerdo a datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), mencionó, en los últimos 24 años las importaciones de maíz se incrementaron en 468 por ciento al pasar en 2001 de 4.21 millones de toneladas a con 23.9 millones de toneladas el año pasado.
Mientras que la superficie dedicada a la siembra de maíz enfrentó una disminución de 2,255 millones de hectáreas de acuerdo a información SIAP al pasar en 1994 de 9 millones 196 mil hectáreas, mientras en 2023 (último dato disponible) se ubicó en 6 millones 941 mil.
Con respecto a la fertilidad del suelo, señaló José Amadeo Hernández Barajas, de acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma Chapingo en la actualidad nuestro patrimonio suelo es biológicamente improductivo, contaminado, agotado e incapaz de mantener altos rendimientos en los cultivos.
Un ejemplo de ello es que en México la pérdida de fertilidad de los suelos es alarmante, tenemos que 139.9 millones de hectáreas, equivalentes al 70% de los suelos mexicanos sus niveles de materia orgánica son muy bajos, agregó.
“Estos factores de la producción son una amenaza para la seguridad alimentaria, con esta condición de suelos, México se enfrenta a un futuro catastrófico”, alertó el dirigente de la CCI.
Otra problemática más que enfrenta el pequeño y mediano productor agroalimentario es que frente a la decisión del gobierno de cerrar Financiera Rural encareció el valor del dinero y dejó a los agroproductores a merced de prestamistas o agiotistas.
Si bien el titular de SADER, Julio Berdegué, argumenta que el objetivo del Plan México es aumentar en un 17 por ciento la producción de maíz blanco esto será hasta el año 2030, sin embargo no dice qué estrategia productiva se aplicará solo que se entregarán recursos a unos cuentos pequeños productores o fertilizantes que terminarán sin usarlos en la siembra sino que serán vendidos a coyotes.
Dejó en claro el dirigente de la CCI “sabemos que es una gran tarea y que es muy difícil convencer a un gobierno de que cambie su visión y sus acciones, pero en un mundo proteccionista, es indispensable sentarnos a dialogar”.
Si logramos mejorar la producción de alimentos, podremos mejorar la rentabilidad de la actividad agropecuaria, crear un nuevo esquema de precios independiente de la influencia de los precios internacionales que imponen las bolsas de valores.
Invertir en la restauración de la calidad de nuestras tierras y aguas, reforestar, invertir en el desarrollo de capacidades de los productores, garantizar producción de alimentos de autoconsumo que es de los campesinos más pobres.
Por ello “insisto en la unidad del movimiento campesino, en superar las diferencias políticas y personales que nos han llevado por diferentes caminos, porque al final de cuentas, nuestros problemas, no son mayores que los de los hombres y las mujeres del campo que cada día se levantan a sudar la frente para llevar a su mesa apenas un exiguo bocado”, concluyó José Amadeo Hernández Barajas.