
México se calienta más rápido que el resto del planeta
El constante incremento de la temperatura en los últimos 18 meses ha llevado a los investigadores a considerar si hay una aceleración en el calentamiento global o si se ha subestimado la capacidad de equilibrio en la temperatura del planeta, alertó el titular del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa.
El experto manifestó lo anterior durante las mesas de trabajo “Cambio Climático en México: Tendencias, Riesgos y Políticas”, realizadas rumbo a la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática 2025, que se efectuará próximamente.
Precisó que a partir de 2023 la temperatura global se ha elevado por arriba de 1.5 grados Celsius; luego de los fenómenos de El Niño y La Niña se esperaba que se enfriara el ambiente, pero no ha sucedido.
De acuerdo con el economista, llevamos año y medio por encima de dicha cifra; si recordamos, los acuerdos de París indican que no se debe rebasar esa temperatura, lo que quiere decir que en un promedio de cinco años estaremos en el umbral propuesto, algo que se pensaba ocurriría más tarde.
Al ofrecer la conferencia “Tendencias actuales del cambio climático en México”, el investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Cambio Climático detalló:
Para el caso específico de México, lo que se ve es que del periodo preindustrial al 2024 la temperatura ha subido en 1.8 grados; es decir, nos hemos calentado más que el promedio del planeta y la tasa de calentamiento es más grande. O sea que mientras el mundo lo hace aproximadamente 2 grados por siglo, en nuestro país es de 3.2 grados por siglo.
Estrada Porrúa rememoró que en 2006 él y su equipo de investigación calcularon qué pasaría con la producción de café en Veracruz en 2020 debido a modificaciones del clima, estimando que se perdería 24 por ciento. Ahora se observa que asciende a alrededor de 48 por ciento, lo que indica lo grave que son las consecuencias de este problema.
Durante el encuentro académico realizado en el auditorio anexo del Edificio Atlántida Coll, del Instituto de Geografía, Eduardo Vega López, titular de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, apuntó que la reunión es un esfuerzo de preparación hacia la Cumbre en la que participarán 25 universidades mexicanas e instituciones de educación superior, públicas y privadas.
Ese próximo evento tiene el desafío también de construir una ciudadanía ambiental para que se tenga más información, mejores conductas y compromisos en beneficio de la sustentabilidad y el desarrollo, en particular en el cambio climático.
Visión de progreso
A decir del titular del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, Enrique Provencio Durazo, es necesario asumir la acción climática como un componente orgánico de la estrategia de desarrollo en las próximas décadas y colocarla en la más alta jerarquía de la acción pública, alinearla con los compromisos internacionales asumidos, y otorgarle el respaldo político y presupuesto necesarios.
En su conferencia “Acciones y políticas urgentes ante las realidades del cambio climático”, el profesor de las especializaciones del Posgrado en Economía Ambiental y Ecológica de la Facultad de Economía puntualizó:
La estrategia climática será más viable si se maneja como parte de una visión de progreso y no solo por el concepto de justicia ambiental. Es necesario orientar instrumentos de política económica, en particular aquellos que tienen que ver con las inversiones para hacer factible la mitigación, la deforestación cero alineadas con los Acuerdos de París y las metas revisadas; la acción climática cuesta, pero también generará grandes beneficios.
Provencio Durazo agregó: Todo eso pasa por las instituciones, por la política, la necesidad de reconstruir instituciones, en otros potenciarlas y darles medios de ejecución a todas las escalas, esto es parte de lo que planteamos a las autoridades, en particular a la Secretaría de Hacienda, cuando se elaboró el Plan de Desarrollo.
Ante investigadoras, investigadores y estudiantes, Naxhelli Ruiz Rivera, titular del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales del Instituto de Geografía (IGg), aseveró que las amenazas sociales climáticas requieren ser vinculadas a derechos sociales y su reducción está en atender las estructuras de oportunidades y no solo evaluar los activos dañados.
Al abordar el tema “Riesgos sociales asociados a desastres climáticos en México”, la investigadora del IGg acotó que en México hay 22.5 millones de personas que son las cuidadoras de alguien más; 38 millones reciben atenciones, de ellas 80 por ciento son niñas, niños y adolescentes, 10 por ciento adultos mayores e igual porcentaje personas que viven con discapacidad.
Además, 35.3 millones de viviendas particulares habitadas tienen carencias graves de calidad, una cuarta parte tiene más de 30 años de antigüedad; de estas, 44 por ciento presenta problemas de humedad o filtraciones en cimientos, y en todos los estados costeros del país existen estos problemas.
La experta resaltó que un aspecto que falta en las estadísticas son las condiciones de los entornos urbanos, es decir, las estructuras y oportunidades que nos permitan acceder al desarrollo.
Por ejemplo, en el caso del huracán Otis afectó a 296 mil niños, niñas, y adolescentes, quienes sufrieron por explotación sexual, deserción escolar, contagio de enfermedades, falta de atención médica o mala nutrición; esta es la cara del riesgo social.