La informalidad, a menudo vista como un problema económico, cerró 2023 con una participación histórica en el Producto Interno Bruto (PIB) de México. Según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), este sector generó 25 de cada 100 pesos del PIB, la mayor contribución desde 2013, impulsada principalmente por el comercio al por menor.
Peso de la economía informal en el PIB
La presentación de la Medición de la Economía Informal (Mei) 2023 destacó que esta actividad representó el 24.8% del PIB nacional en valores corrientes, un aumento de 0.4 puntos porcentuales en comparación con 2022. De este total, el 13.8% provino del llamado Sector Informal, que incluye actividades no registradas en el Sistema de Administración Tributaria (SAT), y el 11% de otras modalidades de informalidad, como el servicio doméstico remunerado y trabajos ligados a unidades económicas formales pero sin la debida protección laboral.
El comercio al por menor lideró estas cifras, aumentando su participación en la economía informal de 43.5% en 2022 a 44.1% en 2023, seguido de cerca por el sector de la construcción, que contribuyó con 24.3%.
Comentarios de expertos y cifras clave
Durante la presentación de los datos, Julio Santaella, expresidente del Inegi y experto en economía, comentó: “La economía informal no solo refleja la falta de oportunidades en el mercado formal, sino que también actúa como un colchón económico para millones de familias. Ignorar su peso sería un error estratégico para cualquier política pública”.
Por su parte, Clara Zepeda, analista económica y ponente en la sesión, señaló: “El comercio al por menor y la construcción no solo lideran en el sector informal, sino que también son un reflejo de la resiliencia económica en tiempos de incertidumbre. Es un dato que invita a repensar cómo formalizar estas actividades sin perder su dinamismo”.
El Inegi también reportó que, mientras el PIB total creció un 3.3% respecto a 2022, la economía formal experimentó un crecimiento mayor, del 3.7%, frente al 1.9% de la economía informal. A pesar de este rezago en la informalidad, su impacto sigue siendo significativo en ciertos sectores clave.
Informalidad y empleo: una radiografía nacional
En términos de empleo, el Inegi reveló que 55% de la población ocupada en México trabaja en condiciones de informalidad. Esto contrasta con el 45% que labora en el sector formal, el cual generó 75 pesos de cada 100 del PIB nacional.
El informe también mostró que sectores como la construcción y el agropecuario registraron incrementos leves en su participación, mientras que las industrias manufactureras y el comercio al por mayor tuvieron ligeros descensos.
¿Qué sectores crecieron más?
La informalidad mantuvo un desempeño estable en 2023, con algunos sectores destacando por su participación creciente:
- Comercio al por menor: Aumentó su contribución al PIB del sector informal de 43.5% en 2022 a 44.1% en 2023.
- Sector agropecuario: En las otras modalidades de informalidad, su participación pasó de 25% a 26.1%, consolidándose como el de mayor peso.
Por el contrario, la construcción dentro del sector informal disminuyó ligeramente, de 24.8% a 24.3%.
Perspectiva hacia el futuro
La creciente participación de la informalidad en el PIB genera debate entre expertos y ciudadanos. Mientras algunos ven este fenómeno como un síntoma de un mercado laboral disfuncional, otros lo interpretan como una evidencia de la creatividad y adaptabilidad de los mexicanos.
Ernesto López Portillo, investigador en economía laboral, reflexionó: “La informalidad es un reflejo de los vacíos que el sector formal no puede llenar. Sin embargo, para convertirla en una oportunidad, necesitamos políticas que faciliten la transición a la formalidad sin perjudicar los ingresos de quienes dependen de ella”.
¿Qué significa esto para los mexicanos?
El informe del Inegi pone sobre la mesa la necesidad de reconfigurar las políticas económicas para incluir a los sectores más vulnerables. Si bien la informalidad aporta un cuarto del PIB, también perpetúa desigualdades laborales y falta de acceso a servicios básicos como la seguridad social.
En las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, donde el comercio informal es evidente, algunos trabajadores compartieron su perspectiva. Rosa Martínez, comerciante ambulante desde hace 15 años, afirmó: “La mayoría de nosotros no estamos aquí porque queremos, sino porque no hay otra opción. Pero si formalizarme significa perder lo poco que gano, prefiero quedarme así”.
El reto para el gobierno y el sector empresarial es diseñar incentivos que transformen estas dinámicas sin afectar la estabilidad económica de las familias que dependen de estas actividades.
La informalidad no es solo una cifra, es una red que sostiene a millones de mexicanos. Si bien su aporte al PIB nacional es innegable, los retos que plantea son igualmente grandes. Formalizar sin excluir, promover el crecimiento económico sin aumentar la desigualdad, y generar oportunidades equitativas son tareas urgentes para la política pública.
La informalidad seguirá siendo un tema central en el debate económico del país, y los datos del Inegi invitan a reflexionar sobre su impacto y las soluciones necesarias para integrar a más trabajadores al mercado formal.