Después del hogar la escuelas son uno de los entornos más importantes para la protección de las infancias, quiza por ello coloquialmente le llaman la segunda casa de los niños, debido a que en la teoría son un espacio de formación ciudadana y un lugar de esperanza para la reducción de las desigualdades sociales, para la salud y la nutrición,
La alianza por la Salud Alimentaria sostiene que pese a lo anterior las escuelas a nivel nacional han sido consideradas como un espacio más de mercantilización.
Según reportes de Mi Escuela Saludable. org, México ya tiene alarmantes emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes, con un aumento acelerado en niñas, niños y adolescentes, Actualmente, 1 de cada 4 ya vive con obesidad infantil.
También reportan que un estudio arrojó que en una sola jornada escolar se llegan a consumir 550 calorías provenientes únicamente de productos ultraprocesados al interior de las escuelas, lo que causa un aumento de varios kilogramos de peso al año, bajo rendimiento escolar e hiperactividad.
En este contexto la Alianza por la Salud Alimentaria lanza la campaña “Escuelas saludables YA” que tiene como objetivo hacer un llamado a las autoridades para implementar acciones sostenidas y acompañar a las comunidades escolares para cumplir con los Lineamientos en todas las escuelas del país, sin dejar a nadie atrás. Y a su vez, busca informar a toda la comunidad escolar que a partir del 31 de marzo del 2025 solo se podrán ofrecer alimentos saludables. La ley abarca todos los niveles educativos y todas las escuelas del país.
Desde hace 15 años, el gobierno mexicano ha creado políticas y programas para regular los ambientes alimentarios en las escuelas, sin embargo, fueron estrategias carentes de seguimiento, evaluación y con una fuerte interferencia de la industria.
En una reunión con medios de comunicación, Cristina Álvares, especialista internacional en nutrición en UNICEF, declaró que “los entornos alimentarios escolares son un derecho fundamental de la infancia, sin embargo, las escuelas y niñas, niños y adolescentes son blanco principal de la publicidad y de la venta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, por lo que es fundamental que los gobiernos garanticen este derecho.
