31 marzo, 2025 1:51 AM
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Esta inauguración-apertura ocurre en un contexto, es un contexto maravilloso en el que el Gobierno de la República ha empujado con mucha fuerza el rescate de nuestra memoria histórica, la grandeza de nuestra cultura, y ha impulsado con mucha fuerza lo que podemos entender como búsqueda y rescate de la mexicanidad.  En ese contexto se realizan grandes cosas, como el espectacular rescate arqueológico que ocurre en Yucatán actualmente, por ejemplo; o las obras de carácter ambiental-cultural que se han realizado en Chapultepec; o de igual manera el impulso del Archivo General de la Nación y del Archivo General Agrario, por mencionar algunos puntos que tienen que ver con nuestra historia, nuestra cultura, nuestra memoria.  En ese contexto hay otros procesos como el impulso del Museo del Muralismo, no sé cómo se vaya a llamar al final, pero se realizan estás obras del Museo del Muralismo en la antigua Secretaría Educación Pública donde hay murales de Diego Rivera, de Carlos Mérida, de Carlos González, de David Alfaro Siqueiros, de Roberto Montenegro, de Jean Charlot, de Amado de la Cueva entre otros.   Y también en estos años comenzó a realizarse una obra en la antigua SCOP, que es una obra que se ha conocido como el Parque del Muralismo, con el rescate de los grandes murales que se está haciendo ahí, un lugar donde se están demoliendo diversos edificios muy dañados por los sismos del ‘85 y del 2017, pero el rescate lo que va a hacer es demoler inmuebles, pero mantener los murales, y he escuchado que podría hacerse incluso uno de estos centros culturales llamados UTOPÍAS en este lugar. Ahí hay murales de Arturo Estrada, de José Gordillo, de Guillermo Monroy, de Luis García Robledo, entre otros, bajo la dirección de Juan O'Gorman y José Chávez Morado.  En ese contexto estamos hoy aquí en esta inauguración, apertura del mural "El Despertar de México" del gran artista y muralista mexicano Ariosto Otero, para quien pido un fuerte y cálido aplauso.  Me han dicho que el propio Ariosto Otero ha afirmado que la idea de este mural es que cuando una persona se acerque vea a los personajes que él ha representado, ya lo dijo aquí, no todos tienen un rostro identificable históricamente, y las personas que miran el mural pueden ponerle un nombre, es decir, cada personaje podría tener diversos nombres o algunos de los personajes que están aquí pintados podrían tener diversos nombres, el mural podría ser interpretado así, a partir de la experiencia que el espectador tiene consigo.   Y es que los murales no son solamente espacios para registrar los grandes hechos de nuestro pasado, si fueran solo eso en muy poco se distinguirían de las estatuas de bronce. Necesitamos que nuestras heroínas y nuestros héroes lean los periódicos con nosotros, se enteren junto con nosotros de los dolores y de las alegrías de nuestra vida diaria, necesitamos que nos hablen al oído de su valentía, de su terquedad, para que nosotros en el hoy y en el ahora hagamos, de acuerdo a nuestras posibilidades y fuerzas, lo que ellas y ellos hicieron.   El mural de Ariosto Otero se titula “El Despertar de México”, es un buen título porque la historia no solo es registro, si no sería solo una crónica; la historia está formada por narraciones que tienen que ver con nosotros, las mujeres y los hombres, por ejemplo, las que en este instante vemos las imágenes pintadas en la pared, pero que venimos de las calles en donde estamos luchando por hacer mejor nuestra sociedad.   Ariosto Otero busca darles vigencia a los personajes de la historia, por eso cuando representa a los periódicos de la insurgencia, no solo muestra los títulos de “La Gaceta de México” o de “El Despertar Americano”, sino que llena las planas y portadas con las noticias de nuestro tiempo; quien vea esto entenderá que las luchas del cura de Dolores son las mismas que las nuestras y que todas y todos estamos unidos en la historia, en una larga marcha por la liberación.   Igual que Otero mezcla las imágenes de la prensa actual con la prensa histórica, de pronto encontramos en su mural advertencias sembradas para quienes lo contemplamos; allí encontramos un mensaje claridoso: el mundo virtual no quita el hambre. Y es que bien sabemos que la representación de la realidad no cambia necesariamente la realidad, lo que transforma la realidad son las acciones de mujeres y hombres comprometidos, comprometidas.   El mural de Otero nos muestra varias veces a Hidalgo, lo vemos fuerte, cansado, en el momento de la insurrección y del incendio, lo vemos en mangas de camisas publicando decretos y periódicos en Guadalajara, aprovechando las imprentas que las heroínas le han llevado de forma clandestina.  En otro lado del mural vemos una imagen distinta, Otero ha representado a Porfirio Díaz antes de su traición al pueblo, cuando siendo coronel liberal se batió heroico en Puebla, escapó de la prisión extranjera, regresó a sus sierras y levantó un nuevo Ejército de Oriente; detrás de ese Porfirio joven y radical, vemos a los gigantes liberales. Con esto el mural de Otero deja una advertencia a quien observe: la lucha puede desgastarnos, pero a veces el esfuerzo hace flaquear a algunos; lo monstruoso de Porfirio Díaz es su traición al pueblo y a los ideales luego que asumió el poder.   De hecho, Otero nos dice que el despertar de México es una batalla sin fin y esto es muy importante; caemos y nos levantamos y luego seguimos luchando y nunca terminamos de luchar, por eso es fundamental que Otero use los periódicos de hoy para llenar las planas de los diarios de ayer, por eso impacta usar las imágenes de hoy, para recorrer las imágenes de ayer.  Ahí podemos ver al pueblo en una silla de ruedas sufriendo la explotación colonial, por allá podemos ver a las mujeres indígenas que recorren nuestras calles. Notemos cómo abajo, detrás, llenando todo el espacio entre los personajes de la obra de Otero, aparecen múltiples caras representando a todo el mundo, a todo el pueblo, a todas las mujeres y a todos los hombres que sufren y reclaman justicia y es de entre ellos que surgen héroes y heroínas.  Pero también en el mural encontramos traidores y explotadores, Otero retrata estos últimos como mexicanos ciegos que no son capaces de ver a su país, por eso su Santa Anna tiene los ojos en blanco y ese fantasma parlamenta con otro, un Trump de sombrero de copa que busca aprovecharse del dolor de los mexicanos.   En esta parte del mural el mensaje es muy interesante, esos fantasmas no solo están ciegos, sino que no tienen cuerpo, en lugar de tronco y manos vemos una especie de cono, de capa blanquecina que cubre los rostros de las personas explotadas, mensaje complejo, pero interesante: nuestros héroes y heroínas se van desgastando con el esfuerzo, pero explotadores y traidores no tienen sustancia, solo nos extraen el alma y la vida.  En alguna entrevista, Otero subrayaba la presencia de niños que esperan que regrese “El Tata” Lázaro o “El Tata” Juárez; lo más interesante del ir y venir de su narración en este magnífico mural, es que las niñas y niños que sufren no están esperando, este mural nos invita a todos a despertar, a volvernos nosotros mismos agentes de nuestra liberación, porque los héroes y las heroínas debemos ser todas y todos nosotros “El Despertar de México” es nuestro despertar permanente en nuestra lucha que nunca termina por la justicia y por la igualdad.  El muralismo, el muralismo de Ariosto, el Muralismo Mexicano es historia, es crítica social, es registro del sufrimiento de nuestro pueblo y de su lucha por su liberación. Por eso nos parece importante que el mural sea conocido por el pueblo de México.  En una entrevista que le hizo Jacobo Zabludovsky a David Alfaro Siqueiros, ya en la última parte de su vida, Siqueiros comenta la diferencia entre el mural y la pintura de caballete y dice Siqueiros: “La pintura de caballete es respetable, pero es individualista, es para la persona en su casa. El mural es para el pueblo”.  Nuestro muralismo tiene esa virtud: es un muralismo para la gente, para el pueblo, para que esté al alcance de todas y de todos, no se apropia nadie de él, no está en un hogar particular, sino en el hogar del pueblo.  Por eso nos parece que en congruencia debemos poner este mural a la vista de todas y de todos. Hoy lo inauguramos y esta semana lo abrimos al público para que las personas que vienen al Palacio del Ayuntamiento también lo puedan admirar, observar, analizar.  Ya se encargará la Secretaría de Cultura de definirnos días y horarios para que pueda pasar la gente que ya viene a las llamadas “Noches de Museo” aquí al Palacio del Ayuntamiento, y pueda también pasar por este lugar a observar este gran mural de Ariosto Otero, que es reflejo de nuestra historia, de nuestro pueblo, de sus sufrimientos, de sus luchas, de sus creaciones y de sus logros.  Muchas felicitaciones, Ariosto Otero. Muchas gracias.  ENCARGADO DE DESPACHO DE LA SECRETARÍA DE CULTURA, ARGEL GÓMEZ CONCHEIRO (AGC): Muy buenos días, maestro Ariosto, qué gusto tenerlo aquí, Jefe de Gobierno, compañeros, compañeras.  Es un día muy especial. En 2017, el maestro Ariosto Otero terminó este mural que hoy inauguramos y que tenemos aquí con nosotros. El maestro, con razón, nos expresó que estaba prisionero su mural y que era el peor destino que pudiera tener un mural porque no se conocía, porque no podía ser visitado, había quedado pospuesto; y el Jefe de Gobierno, enterado del estado de prisión, como dice el maestro, pues resolvió que era muy oportuno hacer esta inauguración y entregar este mural al pueblo de México.  Quiero compartir brevemente que hace ya más de 100 años, en 1922, un grupo de pintores inició un movimiento, un movimiento muralista que vendría a ser un referente mundial del arte mexicano, pero no solo fue un movimiento artístico, sino que estuvo siempre compenetrado con un movimiento social: con la Revolución Mexicana.  Estos jóvenes artistas escribieron un manifiesto que hicieron público y que planteaban en esencia lo que les motivaba fundar un movimiento de artistas. En esencia, lo que querían era hacer un trabajo artístico para la gente, para el pueblo, para la sociedad, no un arte para las élites, exclusivo, para entendidos.  Pero no solo tenían esa vocación de hacer un arte para el pueblo, sino también mostrar en su contenido un homenaje al sujeto que había hecho la Revolución, entonces el arte muralístico se llenó de campesinos, de revolucionarios de grandes héroes nacionales que no habían sido tema de la mayoría de la producción artística en nuestro país.  Y esas dos grandes ideas que tuvo el muralismo desde sus inicios, lo que provocó fue un gran movimiento, se sumaron miles de artistas con esa misma vocación social, con esa misma entrega, con esa gran preocupación de que en el trabajo artístico hubiera memoria, hubiera reivindicación de las luchas sociales.  Incluso creció en este movimiento muralístico un capítulo poco conocido que se conoce como “muralismo anónimo”, porque a la par del movimiento de los muralistas, también hubo una gran acción de gobierno para crear escuelas, clínicas, en todo el territorio nacional.  Recordemos que fueron años de la fundación de la Secretaría de Educación Pública, una institución pedagógica, pero también cultural muy importante en la transformación en la que soñó la Revolución Mexicana, y entonces muchos jóvenes artistas se involucraron en la creación de un muralismo que llegó a pueblos, rancherías, ahí donde se puso una escuela también llegaron artistas a seguir ampliando y creciendo este gran movimiento muralístico.  Ahora bien, hace 44 años, en este mes justamente celebramos 44 años de que un joven artista, Ariosto Otero, fuera invitado a hacer su primer mural en Amecameca, un pueblo en el Estado de México, cerca del Paso de Cortés, está hacia los volcanes del Iztaccíhuatl, pintó un gran mural y se abrió para él una larguísima trayectoria.   Son decenas de murales en la que Ariosto, con la misma pasión del movimiento muralista, ha querido mostrar, y lo ha hecho con gran éxito, la historia del pueblo mexicano, sus luchas, sus grandes héroes conocidos, reconocidos, pero también anónimos, y ha sido una constante de su obra profundamente enraizada en el sentido original del movimiento muralista, es el tema que lleva a las paredes en todos sus murales, pero también es esa gran vocación de regalar su trabajo al pueblo de México para provocar la reflexión, el pensamiento crítico, el pensamiento de la historia a través de sus maravillosas imágenes.  Así que, desde el Pueblo de Amecameca hasta el viejo Palacio del Ayuntamiento, tenemos a un poderosísimo muralista, tan joven y tan antiguo como tiene el movimiento del Muralismo Mexicano. Y en muchos otros mercados y en muchos otros palacios y en muchos otros lugares podemos encontrar su obra.  Yo creo que el día de hoy es un gran motivo, no solo inaugurar este mural, también reconocer la trayectoria, la entrega, la pasión de Ariosto.  Y, por supuesto, el hecho de que este mural se llama “El Despertar de México”, justamente en una época que está habiendo un gran despertar en muchos sentidos, pero en uno muy especial, que además se entrecruza con la gran obra del maestro, que es el voltear a conocer nuestra historia, conocerla, a reflexionar sobre ella, a darnos cuenta de que somos un continuo y que tenemos una gran misión el día de hoy, que es continuar la transformación por el bienestar de nuestro pueblo, recuperando aquellos otros grandes momentos de nuestra historia.  Así que, maestro, muchas gracias por su trabajo, por acompañarnos. Y, por supuesto, al Jefe de Gobierno por tener esta importante iniciativa de inaugurar este hermoso mural el día de hoy.   Muchas gracias.  MURALISTA, ARIOSTO OTERO REYES (AOR): Queridos amigos, es un verdadero honor volver a este Palacio otra vez, que lo habité, por seis meses fue mi casa.  Y es un honor que el Jefe de Gobierno, mi querido amigo, el doctor Martí Batres, se haya atrevido, esto es un atrevimiento bien hecho hacia el Muralismo Mexicano al cual representamos, o represento con mi obra, a que podemos liberar en este espacio a un prisionero que tenía años. Y agradezco mucho la presencia y el honor de que su esposa, la maestra Daniela Cordero Batres, esté aquí también. Muchas gracias, de verdad, le agradezco mucho.  Al director de Cultura, mi amigo, Argel Gómez Concheiro, por su generosidad también y su comportamiento para que esto pudiera ser un hecho histórico-cultural con el nombre del Jefe de Gobierno, Martí Batres, lo reitero.  Y agradezco al maestro también su presencia; y al maestro Salvador Reyna, mi amigo, aquí está el director de la orquesta más importante de nuestro país del Politécnico Nacional, el maestro Vladimir Sagaydo; y el arpa paraguaya, histórica; y ustedes, todos amigos que asisten a este evento para decir que el muralismo existe, que el Muralismo Mexicano tiene 3 mil 700 años sobre los muros del mundo.  Y nace precisamente con la pintura al fresco, parece increíble, el estado de Guerrero, en el pueblo Juxtlahuaca, donde están los vestigios de la pintura al fresco. Pero nace de donde esa parte narrativa y ética que es el muralismo, de los cinco códices que quedaron vivos después de que el obispo Landa, porque después lo hicieron de cura obispo, en premio por haber incendiado los códices de Yucatán donde se contaba la historia de la humanidad. La cuestión es que en lo poco que quedó, hemos encontrado las más grandes narrativas históricas del mundo mexicano.  Por eso cuando empecé a entender, porque lo tenemos que entender todos, qué es la mexicanidad, entendí también que no deberíamos decir “prehispánicos”, sino antiguos mexicanos, porque es lo que nos honra a todos, esa mexicanidad que procuro recuperarla a través de mi obra.   Es cierto, este mes, maestro, 44 años en los andamios. Hay obra por diferentes lugares, me decía la maestra Daniela, ahí en cortito, que yo soy un muralista clandestino, porque mi obra está, pero nadie me conoce, y lo importante no soy yo, lo importante es el muralismo, lo importante es México, porque es de verdad, como dice nuestro presidente y como le dicen al presidente, es un honor hacer muralismo para el pueblo de México, para mi gente, para mi pueblo.  Y que hoy, después de esos años en que se hizo este mural y no se quiso inaugurar, ¿qué tengo que decirle, mi apreciado doctor y amigo Martí Batres? Que este mural se hizo sin recursos públicos, no hay una sola firma mía aquí donde diga que me pagaron un peso, ni un bulto de cemento, lo tengo que decir, porque además en lo que me hicieron firmar del contrato para poder salvar el mural, porque yo ya estaba encima del andamio, Banorte fue el banco que dio los fondos para poder pagar todos los gastos que implicaba el mural: estructuras, metal, gente, equipo, todo; que fue, con todo el agradecimiento a Banorte, muy bien y lo hicimos, no era ganancia porque no se gana.  En la época de Rivera se ganaban, creo que pagaban 30 centavos, pero un vocho estaba como en 150 pesos, era ganancia. Pero en estos tiempos, si lo vendiera por metros cuadrados a lo mejor sí tendría mucho dinero, porque el caballete sí da, pero yo vivo en el andamio, entonces no tengo tiempo para caballete, me la paso en el andamio entonces no hay dinero tampoco, pero hay muralismo y es el muralismo de nuestro país.  En las ya 74 obras que tiene la Ciudad de México y las 28 que hay en el extranjero, creo que ya puedo decir que soy un muralista y no un “paredista”, porque ese es otro tema que habría que entender, que no es lo mismo el “paredismo” que el muralismo; los muchachos pintan paredes y muy bonitas, hay cosas muy padres, pero no tiene nada que ver con el muralismo el arte urbano, sin menospreciar al talento, que debería estar en el muralismo, porque esta es la cuna del muralismo universal.  Ningún artista del planeta que se atreva a realizar un mural donde sea, su referente siempre será nuestro país para orgullo; el muralismo si desapareciera es como si desapareciéramos al mariachi o desapareciéramos los tacos o desapareciéramos lo que nos identifica.   Y el muralismo que aparece, que ha desaparecido porque crearon un peyorativo injusto de que “los tres grandes”, los amo, sí, a Rivera, a Orozco, a Siqueiros, pero también amo a O'Gorman y a Chávez Morado, a Zalce.  Y a Rina Lazo, obviamente, que acaba de poner Bellas Artes, rompió el cristal de Bellas Artes de los hombrecitos y ahora hay una mujer, eso es muy importante para el país, una mujer en el Palacio de Bellas Artes con un mural, con mi amiga, porque en la casa de Rina y Arturo García Bustos conspirábamos en los ochenta para defender al muralismo después de seis años que tenía Siqueiros de muerto. Y hay tanto para contar sobre esas historias y firmábamos ahí algunos compromisos para hablar de lo que le pasaba al muralismo y por ahí nos fuimos.  Así que el mural tiene muchas cosas narrativas para el pueblo, porque aquí donde ven que están los alamares y están los reyes y están las pelucas de aquellos tiempos, les voy a confesar y les voy a contar un secreto, que es lo que me gusta a mí del pasado, porque lo uso para ponerlo en el presente: los personajes de aquí, muchos, existen, están vivos, solo que tienen otro disfraz, hay que buscarlos, por eso se llama “El Despertar de México”.  Por eso aquí están los que hicieron la patria, los que murieron por la patria, yo creo que se llevaron menos oro aquellos, que los últimos políticos que comenzaron hace 30 años y que han asesinado a nuestro país y se han robado el oro y la plata.  Hoy en día tenemos a un presidente que amamos, a pesar de que a muchos les duela que uno diga esas palabras y que les siga doliendo porque somos todos; y ese presidente que ahora se va no tiene reemplazo, pero viene en el camino, con él, de su mano, una mujer muy valiosa: Claudia Sheinbaum va a hacer una gran presidenta también, porque tiene el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador y trae un equipo poderoso, fuerte, que va a seguir el camino y la ruta que le pertenece a la historia de nuestro país.  Y en esa ruta y en ese camino siempre estará el muralismo. Aunque debo confesar también, que ahora que se va a fundar el Museo del Muralismo Vivo, lamento decirle, mi querido amigo, Jefe de Gobierno, que el proyecto del Museo del Muralismo se lo mandé yo al presidente, precisamente en septiembre del ‘19 para crear el museo nacional del muralismo, y no estoy de acuerdo con que se le ponga el Museo del Muralismo Vivo porque entonces yo estoy muerto.  El muralismo está vivo y seguirá vivo y estamos tratando de encaminar por ahí a algunos jóvenes, que de pronto se vayan sumando, porque el muralismo es arquitectura, filosofía, cinematografía, escenografía, es la grandeza del arte mexicano, para ese camino vamos.  Entonces, seguimos con el proyecto y yo voy a decirles, que voy a contar, con toda seguridad, con el afecto y la amistad de mi amigo Martí Batres para seguir impulsando lo que yo voy a hacer, que es el museo nacional del muralismo, donde se refugie la obra de aquellos que no les han dado oportunidad y que muchas veces han luchado, porque se queda la obra en la familia y se pierde.  Dicen que la mayor parte de los bocetos del Muralismo Mexicano están en Suiza. ¿Cuánto sufrió María O'Higgins? Años para tratar de salvar la obra de Pablo O'Higgins. ¿Y cuánto lucha ahora Rina García Lazo para que el muralismo de sus papás, de otros dos grandes, no se pierda? Por suerte, Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, hizo una cosa muy importante, dentro de lo mucho que ella ha hecho, con cierto freno, porque no la han dejado trabajar también, ahí está la obra rescatada en Palacio, su casa se está restaurando y va a crecer.  Pero reitero eso, que el muralismo tiene ese compromiso y ahí donde ustedes ven estos personajes de pelucas, lo reitero otra vez, está la historia de nuestro país desde que Primo de Verdad y Ramos surgió como nuestro primer constituyente en las Cortes de Cádiz, lo cual le costó toda esa cuestión política, a Primo de Verdad y Ramos lo llevó a la muerte, apareció ahorcado un día, lo ahorcaron.  Pero tiene la Constitución, esa Constitución que destruyeron en nuestro país todos estos politiquillos desde hace 40 años y que de pronto alguien con mucha sabiduría llega para rescatarla y el rescate produce escozor y produce una cantidad de llagas en toda esta ultraderecha que no quieren a la patria.  El problema es patria contra dinero, quieren capital, la patria no importa. Vemos cuántas banderas se pusieron en esta fecha, mínimas, allá por mi colonia, en mi pueblo en Magdalena Contreras, todo mi barrio, mi cuadra se llenaba de banderas, solamente en mi cuadra conté dos, la de un vecino mío y la mía que dura todo el año. Entonces tenemos que pensar en nuestro México y tenemos que dejar de odiarnos, tenemos que dejar el rencor social y acompañarnos todos para impulsar a este país que es el paraíso terrenal.  Yo descubrí que el paraíso terrenal, fíjense lo que descubrí, comienza en el Río Bravo y termina en la “Tierra del fuego”, aquí hay todo, pero parece que la riqueza fuera una desgracia, hay odio a veces contra el país. No sé si conocen esa frase que surgió hace muchos años, de que Santa Anna fue un imbécil porque debió vender todo, entonces todo sería más estrellitas en la bandera del norte.  Y es cierto, Santa Anna no ha muerto, vive en el corazón de los traidores, porque todo lo que se haga bueno parece malo y así era Santa Anna también, si él no ganaba pues perdía y perdía todo, entonces mejor que se perdiera y así se perdió Texas y dio pie para que se perdiera más de la mitad del territorio.  Y en 1848, aquí en la Plancha del Zócalo, la caballería de los Estados Unidos salía y las burguesías, los padres del PAN –creo que eran– se colgaban de las botas de los generales y de los capitanes llorando que no se fueran, que no abandonaran al país, que se quedaran para siempre; mientras que nuestra bandera la tuvieron dos años en el piso y la de ellos arriba, y perdimos más de medio territorio. Que por suerte hay 40 millones de mexicanos allá que nos honran y visten a esta patria.  Lo que digo es con el sentimiento que me produce el muralismo, porque reitero, no es Ariosto Otero, es el Muralismo Mexicano y es lo que busco narrar en mi obra, la historia de nuestro país, en todo esto que ustedes van a ver y que van a encontrar los personajes hasta llegar al día de hoy en la corrupción.  Ese es el principio con Primo de Verdad y vayan viéndolo, y van a encontrar el combate de hoy en día, los corruptos deberían estar amarrados al poste de la bandera y a puros cintarazos, a todos, como en aquel tiempo donde se ponía a los obreros colgados de argollas con cadenas a los troncos para golpearlos.  Este México lleva 500 años luchando por su identidad, no ha sido fácil, ha sido muy duro y estos últimos años han sido más duros, pero por suerte, de pronto el destino cambió, la sabiduría llegó y aunque no pasó mucho hacia el muralismo, no importa, aquí estamos inaugurando este.   Acabo de terminar los murales del Politécnico Nacional; el año pasado, Ecatepec; y el antepasado, la pandemia. Dos años y medio viví en la Secretaría de Gobernación, hicimos seis murales dedicados a la patria, ojalá vayan a verlos. Se puede ya, porque ya está autorizado que se puedan ir a conocer, porque estaban prisioneros también y ya se pueden visitar estos murales, cualquier ciudadano, porque pertenecen al pueblo.  Habría tanto qué contar, tantas anécdotas y tantas cosas alrededor de 44 años en los andamios, pero de a poquito las vamos a ir soltando. Y es cierto lo que dice el maestro Salvador Medina, el primer libro y yo me permití traerle a mi querido amigo, un libro de estos. Le puse “Códices de Ariosto Otero”, porque son eso, trabajo con los códices, pero trabajo con los códigos del Muralismo Mexicano, tiene códigos, no es pintar paredes, hay que saber esos códigos porque son los códigos de la patria.  Agradezco, reitero mi agradecimiento a la maestra Daniela Batres, por su generosidad, por estar aquí; al Jefe de Gobierno, esta invitación, esta inauguración y mi afecto, respeto a un gran hombre a nuestro país, que es muy joven y tiene mucho para caminar, seguramente la terracería, como dice el presidente, le va a quedar chiquita, pero lo va hacer.  Al director de Cultura, mi amigo Argel; igualmente, al maestro Salvador Medina; y a ustedes su presencia, valiosísima para mí y que sepan que el muralismo seguirá vivo mientras me pueda subir al andamio.  Muchísimas gracias.  SECRETARIO DE LA FUNDACIÓN ARIOSTO OTERO, SALVADOR MEDINA (SM): Antes que nada, muy buenos días a todas y a todos ustedes. Y nos da mucho gusto ver entre el público a jóvenes, que están interesados seguramente en el arte mexicano, el arte en general, y sobre todo, de la obra del maestro Ariosto Otero.   Me voy a adelantar un poco al maestro porque seguramente va a querer saludar a todos los invitados, al maestro del arpa paraguaya, al maestro Celso Duarte, una joya, es un tesoro nacional. Bienvenido, maestro, desde Paraguay, te agradecemos mucho que estés aquí acompañándonos en este evento.  Y muchos otros más artistas que vienen, pero bueno, no me quiero extender para dejar las palabras a los que siguen en este en esta inauguración.  Solamente decirles que la Fundación Ariosto Otero tiene entre sus objetivos poder capacitar, ayudar a los jóvenes interesados en el Muralismo Mexicano y que ellos puedan tener el acceso también a un conocimiento enorme de un hombre que es sencillo, que es generoso, que es humilde, como es el maestro muralista Ariosto Otero, que quiero decirles que, en próximos meses, el próximo mes, cumplirá 44 años dentro del muralismo, haciendo solamente mural aquí y en otras partes del mundo.  Es un hombre que tiene una sensibilidad enorme, un trabajo extraordinario y quizás físicamente no lo conocen, pero estoy seguro de que el 100 por ciento de ustedes han visto la obra del maestro aquí en la Ciudad de México: el Mercado San Ángel, allá en la Magdalena Contreras, pueden verlos en el Metro Xola, pueden verlos en diferentes espacios, en la Lotería Nacional; y ahora, afortunadamente nos abren las puertas aquí al maestro Ariosto Otero y a la Fundación para ver este magnífico, enorme y bellísimo mural que lo van a ver ustedes en detenida manera.  Queremos decirles también que tenemos ya, afortunadamente, la primera publicación de un libro después de 44 años estando en el arte, el maestro no se había dado a la tarea de hacer una publicación y por fin logramos convencerlo, le hicimos “manita de puerco” y ya por fin tenemos un libro que habla de sus amigos, de la gente que escribe un poco sobre el arte, sobre la cultura, la política y de los murales del maestro Ariosto Otero.  Bien, no me quiero extender, muchas gracias a todas y todos ustedes. La Fundación está abierta para todos aquellos que quieran entrar en el mundo del Muralismo Mexicano, lo pueden ver en redes sociales como Fundación Ariosto Otero.

 

Se ha llevado a cabo la esperada inauguración del mural “El Despertar de México”, obra del muralista mexicano Ariosto Otero, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Este evento reunió a autoridades, artistas y miembros de la comunidad cultural de la Ciudad de México para admirar una pieza que celebra y reflexiona sobre la historia del país y sus luchas sociales.

 

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, fue el encargado de abrir el evento, señalando la relevancia de la obra de Otero en el contexto actual. Batres destacó que “esta inauguración ocurre en un momento en que el Gobierno de la República ha impulsado fuertemente el rescate de nuestra memoria histórica y la grandeza de nuestra cultura.” Según el funcionario, este mural forma parte de una serie de iniciativas para preservar y difundir la identidad mexicana a través del arte, haciendo referencia a otros proyectos culturales en Chapultepec, el Archivo General de la Nación y la creación de un nuevo Museo del Muralismo.

 

El Mural: Testimonio Vivo de la Historia de México

“El Despertar de México” es una obra que resuena con fuerza en la actual coyuntura del país. La pieza, que abarca varios metros cuadrados en una de las paredes del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, muestra una fusión entre los personajes históricos y las luchas sociales contemporáneas, uniendo así el pasado con el presente.

 

En palabras del propio Ariosto Otero, “la idea de este mural es que cuando una persona se acerque vea a los personajes que he representado, algunos sin un rostro identificable, para que el espectador pueda darle nombre, conectando sus experiencias con la historia nacional.”

 

 

El mural combina elementos históricos y sociales, representando héroes de la Independencia y la Revolución Mexicana, pero también integrando figuras de la actualidad. Según Batres, “los murales no son solo espacios para registrar los grandes hechos de nuestro pasado; son narraciones que dialogan con nosotros, los espectadores del presente.” La pieza invita a la reflexión crítica sobre el devenir del país, al mezclar las luchas de figuras como Hidalgo con las problemáticas actuales.

Proyecto Cultural Sin Precedentes

Ariosto Otero subrayó en su intervención que el mural había estado “prisionero” desde que fue finalizado en 2017. Explicó que, debido a problemas administrativos y falta de recursos, la obra no había sido abierta al público hasta ahora. “Este mural se hizo sin recursos públicos, todo fue posible gracias a la ayuda de la iniciativa privada, en este caso, Banorte,” afirmó el muralista, destacando que su trabajo es, en esencia, una donación al pueblo de México.

 

 

La obra no solo es significativa por su contenido, sino también por su forma. Otero ha sido reconocido como un fiel representante del muralismo mexicano, siguiendo los pasos de grandes artistas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Con una carrera de más de 40 años, Otero ha creado más de 70 murales en la Ciudad de México y 28 en el extranjero, consolidándose como uno de los exponentes más destacados del muralismo contemporáneo.

 

El Encargado de Despacho de la Secretaría de Cultura, Argel Gómez Concheiro, destacó la trayectoria del artista durante su discurso: “Ariosto ha sabido mantener viva la esencia del muralismo mexicano, que no es solo una forma de arte, sino una manifestación social que busca provocar reflexión en torno a nuestra historia y nuestras luchas.”

 

Homenaje a la Lucha Social y la Mexicanidad

“El Despertar de México” no solo es un recorrido por los episodios más importantes de la historia nacional, sino una crítica a los problemas actuales que enfrenta el país. Otero mezcla figuras como Porfirio Díaz, representado en su etapa previa a convertirse en dictador, con referencias a los líderes actuales. En la obra, también aparecen mensajes claros sobre las injusticias sociales, como el reclamo de las comunidades indígenas y la representación de la explotación colonial.

 

Una de las partes más llamativas del mural es la representación de figuras traidoras y explotadores, a quienes el artista pinta con los ojos en blanco, señalando su ceguera ante las problemáticas del país. En este sentido, Otero busca enviar un mensaje poderoso sobre la importancia de mantener la conciencia social activa y luchar por los ideales de justicia y equidad.

 

 

La lucha puede desgastarnos, pero es un esfuerzo constante,” dijo Otero durante su intervención. El despertar de México es una batalla sin fin, en la que caemos y nos levantamos para seguir luchando.”

Acceso al Público y Proyecciones Futuras

El mural será accesible al público a partir de esta semana, y las visitas estarán coordinadas por la Secretaría de Cultura. Se planea integrarlo a las “Noches de Museo” que se realizan en el Palacio del Ayuntamiento, para que más personas puedan admirar esta imponente obra de arte.

 

 

Martí Batres subrayó la importancia de que el mural esté al alcance de todos, como parte del patrimonio cultural de la ciudad. “Es un mural para el pueblo, no para una élite. Lo inauguramos hoy y estará disponible para que todos los que visiten este espacio puedan admirarlo.”

 

Con esta obra, Ariosto Otero no solo refuerza su posición como uno de los grandes muralistas contemporáneos, sino que contribuye al legado de una tradición artística profundamente arraigada en la historia y el corazón de México.