2 julio, 2024

En la Ciudad de México, el gobierno encabezado por Martí Batres Guadarrama ha cerrado el pozo Alfonso XIII, identificado como la fuente de la problemática de agua en la zona norponiente de la Alcaldía Benito Juárez. Este cierre se efectuó tras un meticuloso proceso de investigación y análisis liderado por varias instituciones, entre ellas SACMEX y PEMEX, en respuesta a reportes ciudadanos que alertaban sobre anomalías en el suministro de agua.

 

“Después de un trabajo de verificación territorial, de investigación, fue muy importante dar con un punto que es el pozo de Alfonso XIII de donde se emanaba y dispersaba esta agua con un olor extraño, ahora fue cerrado y fue limpiado. (…) El pozo de Alfonso XIII, aunque esté en Álvaro Obregón solo abastece esa zona de Benito Juárez, nada más. (…) Este pozo ya no surte agua a la red. (…) Una vez que se cerró el pozo de Alfonso XIII y a lo largo de las próximas dos semanas, aproximadamente, se estará dando todo el proceso para que vaya saliendo esta sustancia que se encuentra en algunos puntos de la red hidráulica de esta región”, señaló.

 

Desde el inicio de las quejas el 31 de marzo, se activó un operativo interinstitucional para abordar la situación. Las autoridades realizaron cerca de 2,000 visitas domiciliarias en Benito Juárez para tomar muestras de agua, realizar pruebas de explosividad y proporcionar asistencia médica. Aunque el problema se percibió en Benito Juárez, la investigación se extendió a la Alcaldía Álvaro Obregón debido a su proximidad y diferencia de altitud, que podrían influir en el flujo de sustancias a través del sistema hídrico.

 

En conferencia de prensa, destacó que, al no encontrar afectaciones en el tanque de Santa Lucía perteneciente al Sistema Cutzamala, ni en los pozos Rosendo Arnaiz, Miraflores y Jardín Pombo, ubicados en esta zona de la Benito Juárez, se amplió el perímetro de búsqueda y verificación a la Alcaldía Álvaro Obregón, en su colindancia con Benito Juárez.

El análisis del pozo Alfonso XIII reveló la presencia de una sustancia relacionada con aceites y lubricantes, lo que llevó a su cierre. Paralelamente, se descartaron problemas en otros pozos y tanques de la zona, enfocándose en la red hidráulica que conecta con el pozo afectado. Además, se realizaron pruebas en las gasolineras cercanas y otros establecimientos que manejan sustancias químicas, sin encontrar evidencia de fugas o derrames que pudieran estar vinculados a la contaminación del agua.

 

PEMEX realizó pruebas en un ducto cercano al pozo para descartar fugas de combustible, confirmando que no había fisuras. Se programaron más pruebas técnicas para asegurar la integridad del ducto. Por otro lado, la respuesta del gobierno incluyó la instalación de un puesto de mando para la atención ciudadana y la distribución de agua embotellada, además de la realización de miles de visitas domiciliarias y revisiones médicas.

 

“Se bloqueó el ducto, se hizo la prueba de presión y la presión se mantuvo constante en el ducto, lo cual indica, en una primera prueba, que no hay ninguna fisura o salida. Aquí partíamos de la idea de analizar si aquí tal vez habría huachicol o si por alguna otra razón se había dañado el ducto, pero no se encontró en esta primera prueba nada de eso. Todavía mañana se va a hacer otra prueba técnica con un aparato que va adentro y que va videando y fotografiando el interior del ducto para encontrar, para localizar, si hay alguna fisura, añadió.

En tanto, resaltó que personal de Participación Ciudadana de SIBISO llevó a cabo mil 452 visitas a domicilios, con el fin de recolectar muestras que fueron canalizadas a las distintas instituciones para llevar a cabo los análisis de laboratorio. Asimismo, médicas y médicos de la SEDESA acudieron a los hogares para hacer revisiones físicas a las personas que manifestaron alguna molestia.

 

Recordó también que desde el 2 de abril se mapeó el perímetro de la zona afectada; posteriormente, el 5 de abril se amplió la realización de pruebas de explosividad a cisternas y tinacos de edificios y domicilios particulares. Finalmente, este 10 de abril, a la par del cierre del pozo Alfonso XIII, fueron cerradas precautoriamente dos industrias que manejan diversos componentes y sustancias en la zona.

 

El cierre del pozo Alfonso XIII es parte de un esfuerzo más amplio para garantizar la calidad del agua y la salud de los residentes en la Ciudad de México. Este incidente subraya la importancia de una vigilancia continua y de una gestión efectiva del sistema hídrico urbano, especialmente en una metrópoli con la complejidad y el tamaño de la capital mexicana. Las autoridades continúan monitoreando la situación y trabajando para resolver cualquier repercusión derivada de este incidente en la infraestructura hídrica de la ciudad.