22 diciembre, 2024
Habrá entrenamiento militar conjunto: tropas de EU capacitarán a fuerzas especiales mexicanas

 

Por primera vez, en 2025 militares estadounidenses capacitarán directamente a integrantes de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en territorio mexicano. Este esfuerzo busca fortalecer la capacidad operativa de las fuerzas armadas nacionales frente a amenazas globales y locales, consolidando la cooperación militar entre ambos países.

 

¿De qué trata la capacitación?

La capacitación, denominada “Fortalecer la Capacidad de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Defensa Nacional”, será impartida por 11 instructores del 7/o. Grupo de Fuerzas Especiales del Comando Norte de Estados Unidos. Este grupo es reconocido por su experiencia en tácticas avanzadas y operaciones de alto riesgo.

 

El entrenamiento se llevará a cabo en dos etapas:

  1. Centro de Adiestramiento de Fuerzas Especiales en Temamatla, Estado de México, del 27 de enero al 23 de marzo de 2025.
  2. Centro Nacional de Adiestramiento en Santa Gertrudis, Chihuahua, del 24 al 27 de marzo de 2025.

 

La delegación estadounidense arribará a México el 27 de enero y deberá abandonar el país a más tardar el 28 de marzo, según lo establecido por el Senado.

 

Autorización legislativa y supervisión

El Senado de la República aprobó el ingreso de los militares estadounidenses mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación. En este se especificó que el objetivo principal del entrenamiento es mejorar las capacidades operativas y estratégicas de las fuerzas mexicanas en áreas clave como:

  • Operaciones de inteligencia táctica
  • Respuesta a amenazas asimétricas
  • Técnicas avanzadas de combate y supervivencia

 

Claudia Sheinbaum, presidenta de México, subrayó la importancia de este programa en el contexto de la seguridad nacional. A través de la Sedena, se comprometió a entregar un informe detallado al Senado sobre los resultados obtenidos en un plazo máximo de 30 días después de la conclusión de la actividad. “La transparencia es fundamental en estas iniciativas. Queremos garantizar que cada paso contribuya a la seguridad de las familias mexicanas”, declaró.

 

Intercambio que fortalece lazos

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, calificó la capacitación como un ejemplo del “nivel de confianza y colaboración” entre ambos países. Durante un evento en Washington, Salazar destacó: “Este entrenamiento conjunto no solo fortalece las habilidades de los militares, sino que también refuerza la relación bilateral en materia de seguridad”.

 

Por su parte, el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, afirmó que esta colaboración responde a una visión estratégica para enfrentar los desafíos contemporáneos, como el crimen organizado transnacional. “Necesitamos estar preparados con las mejores herramientas y conocimientos posibles. La experiencia de nuestros socios estadounidenses es invaluable”, indicó.

 

Aunque la colaboración ha sido aplaudida por algunos sectores, también ha generado críticas y debates en el ámbito político y social. Legisladores de la oposición, como el senador Dante Delgado, señalaron que esta iniciativa debe manejarse con precaución: “No podemos permitir que la soberanía de nuestro país se vea comprometida. Es crucial garantizar que este tipo de colaboraciones no deriven en una injerencia indebida”.

 

Por otro lado, expertos en seguridad nacional, como Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la Universidad George Mason, destacaron los beneficios de este tipo de entrenamientos. “Es una oportunidad para que las fuerzas armadas mexicanas accedan a metodologías y estrategias probadas en combate. Sin embargo, es esencial mantener un equilibrio para que no se perciba como dependencia militar”, afirmó.

 

Desafío de equilibrar cooperación y soberanía

Ambas sedes del entrenamiento, en el Estado de México y Chihuahua, se encuentran bajo estrictas medidas de seguridad para garantizar la confidencialidad de las tácticas compartidas. Según un comunicado de la Sedena, los protocolos incluyen:

  • Acceso restringido a las instalaciones.
  • Supervisión constante de las actividades por parte de observadores mexicanos.
  • Reportes diarios sobre el progreso de los ejercicios.

 

Además, se confirmó que los instructores estadounidenses no realizarán actividades fuera de los centros de entrenamiento, evitando cualquier percepción de intervención directa en operativos nacionales.

 

Esta capacitación marca un precedente importante en la historia de la colaboración militar entre México y Estados Unidos. Representa no solo un intercambio técnico, sino también un compromiso conjunto para enfrentar amenazas que trascienden fronteras, como el narcotráfico, el tráfico de armas y la trata de personas.

 

El impacto de este programa será evaluado en los meses posteriores, pero desde ahora, las expectativas son altas. Tanto autoridades mexicanas como estadounidenses consideran que este esfuerzo fortalecerá las capacidades de respuesta de las fuerzas armadas mexicanas, mejorando la seguridad nacional.

 

El entrenamiento conjunto entre México y Estados Unidos plantea un desafío complejo: cómo aprovechar la colaboración internacional sin comprometer la soberanía nacional. Este programa, aunque limitado en tiempo y alcance, pone de manifiesto la necesidad de un enfoque equilibrado en las relaciones bilaterales.