22 noviembre, 2024

 

 

El Ángel Caído está inquieto, se avecina un aniversario más del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en marzo, mes en el que también arrancan oficialmente las campañas políticas. En juego está la presidencia de la república, gubernaturas, senadurías, diputaciones, ayuntamientos y alcaldías. De acuerdo al Instituto Nacional Electoral (INE), el próximo 2 de junio estarán en disputa más de 19 mil cargos de elección popular, ese es el botín. Ojalá todo se desarrolle en paz.

Sobra decir que se valen los golpes bajos, los periodicazos, la filtración de información confidencial, la propaganda espuria, entrevistas, encuestas a modo, denostaciones e incluso memes ingeniosos para descalificar al enemigo. Se vale todo lo que indican las reglas no escritas de la propaganda política en tiempos de campaña, lo que no se vale es la violencia ¡Que consté!

A diferencia del sexenio anterior, el Fallen Angel nota que no hay el mismo ambiente de odio; no se percibe esa disputa de Chairos vs Fifís, Whitexicans vs Morenos, Derechosos contra Izquierdosos, no hay un clima, al menos hasta ahora, como el de hace seis años, en el que se notaba una polarización real, que incluso generaba debates acalorados, ya no digamos en medios de comunicación y redes sociales, sino en las mesas de los hogares mexicanos, donde nunca faltan los politiquillos de afición que se informan y basan afirmaciones en publicaciones de Facebook para debatir con encono contra los papás, hermanos, tíos, amigos y hasta compadres, que también se creen grillos eruditos porque son seguidores de comentaristas radiofónicos, que rabiosamente (porque para eso les pagan) atacan a un candidato y vanaglorian a otro.

Esperemos que la pasión y el encono en la lucha democrática no se desborde y la civilidad impere en todos los rincones electorales del país. Que se debata al nivel de propuestas firmes, y no en base a mamarrachas que prometen un México a nivel Europeo, en solo seis años. (Definitivamente el Ángel Caído está invadido por la época de cuaresma, cerca del tercer viernes,  cercano a la semana santa, tiempo de reflexión y del amaos los unos a los otros, amén).

A la vez, se siente pródigo en sus recuerdos terrenales y, por supuesto, en la dicha de que algún día respiró y mamó el conocimiento en la Honorable Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, lo cual lo lleva a mirar el emblema de ese recinto universitario, sagrado, que alude al animal político.

Definitivamente Aristóteles se inspiró en demasía con aquello del Zoon Politikon. Todos somos Animales Políticos, decía el filósofo. Luego entonces, (ya en modo Descartes) en esta época de campaña, el Fallen Angel se dedicará a reflexionar sobre la democracia partidista mexicana, ese paquidermo que nos cuesta una millonada. Las elecciones 2024 costarán casi 60 mil 500 millones de pesos. Ojalá al menos el 50% de los 90 mil mexicanos en edad de votar, lo hagan, de lo contrario, parece un desperdicio.

¿Por qué nos cuesta tanto la democracia? Principalmente porque somos mañosos y desconfiados. Si fuéramos honestos, bastaría con darle like desde nuestro teléfono móvil a una planilla electrónica, y ya. Sin embargo, como no confiamos ni en nosotros mismos, requerimos del INE, y hasta de observadores internacionales. Y aún con eso, tenemos un Tribunal Federal Electoral, que también nos cuesta otra millonada, para que dirima las inconformidades.

Venga, vamos a campaña. Por lo pronto, la candidata de la Regeneración Nacional, de acuerdo a diversas encuestas, aventaja al dos por uno a su rival de la deformidad PRIANPRD.