Ciudad de México. julio de 2025. Los C5, o Centros de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano, son una pieza clave en la seguridad pública moderna, cuya efectividad depende de contar con tecnologías avanzadas, pero también de mantenerlas en óptimas condiciones y capacitar continuamente a su equipo operativo.
“El mantenimiento constante de los sistemas del C5 es fundamental para garantizar su funcionamiento ininterrumpido las 24 horas del día, los 365 días del año, ya que cualquier falla técnica puede comprometer la capacidad de respuesta ante emergencias”, comparte Niv Yarimi, Presidente de Grupo Kabat y Kabat One.
La operatividad continua en un tema vital es la razón por la que el sector público implementa programas rigurosos de mantenimiento preventivo y correctivo que aseguran la operatividad del equipamiento tecnológico, desde servidores y sistemas de cómputo hasta cámaras de videovigilancia e interfaces de comunicación.
“Todos los mantenimientos deben ser realizados por personal especializado y certificado para evitar riesgos operativos y asegurar la calidad del servicio”, finaliza el directivo.
Otro factor importante que se cuida contantemente en los C5 es la capacitación del personal, pues es un pilar. Los operadores y técnicos del C5 deben de recibir formación continua para manejar las nuevas tecnologías, interpretar datos de inteligencia artificial, y coordinar eficazmente la respuesta ante incidentes.
“La capacitación mejora la eficiencia operativa, sino que también fortalece la integración y comunicación entre distintas instituciones de seguridad, lo que es vital para una reacción rápida y coordinada”, señala Mauricio Swain, CFO de Kabat One.
Contar con tecnologías avanzadas, como plataformas integrales de gestión de incidentes y visualización táctica, como lo es la plataforma de homologación y unificación Kabat One, potencia el impacto del C5 al automatizar procesos, integrar múltiples fuentes de datos y mejorar la inteligencia situacional. “La adquisición de tecnología debe ir acompañada de una evaluación constante para evitar la obsolescencia y asegurar que las herramientas sean funcionales y adaptadas al contexto específico de la ciudad”, recalca Swain.
El C5 es por sí mismo una historia de innovación tecnológica que solo puede sostenerse con un compromiso firme hacia el mantenimiento continuo y la capacitación especializada. Estos elementos son los que le permiten las reacciones con rapidez, así como la prevención de riesgos y la protección eficaz a la ciudadanía, consolidándose -desde 2009 que se instaló en la Ciudad de México- como el corazón tecnológico de la seguridad pública.
