Con un discurso sólido e identificado plenamente con la Cuarta Transformación y el legado del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum culminó su primer acto oficial de campaña, que queda para el análisis puntual. Las propuestas son muchas, pero tienen un solo rostro: un México con igualdad social, la misma que durante décadas ha sido el rostro de la lucha del hoy presidente, a quien le costó décadas enteras llegar al poder, y hoy puede estar seguro que con una política, científica y humanista, en la silla presidencial, el proyecto de nación que exige el pueblo mexicano, continuará por seis años más.
López Obrador, en su función histórica de líder social de masas no se equivocó cuando renunció a la falsa izquierda que representaba el Partido de la Revolución Democrática y planteó el concepto de Regeneración Nacional, que significó un cambio de paradigma en el ejercicio del poder, que hasta la fecha sigue siendo criticado por muchos que añoran el presidencialismo priista o panista, un vicio intrínseco del caudillismo mexicano.
A la doctora Sheinbaum le tocará dar continuidad a la Regeneración en la praxis del poder ejecutivo. Hoy mismo acaba de anunciar más apoyos económicos a nuevos sectores de la sociedad. Dijo, de una forma sencilla y alejada de la tecnocracia neoliberal: “hemos hecho cuentas, y sí nos alcanza”.
Seguramente, los analistas financieros dirán que no, que no va alcanzar o que la medida implicará mayor recaudación de impuestos, lo cual no es un pecado, porque esa misma recaudación implica una mayor y mejor distribución de recursos económicos a quienes menos tienen, así como el retorno del dinero a las economías locales.
No hace falta ser experto para deducir que el dinero, que por ejemplo se da a los mayores de 65 años, regresa de inmediato al consumo en las economías populares y se ha vuelto fundamental para sostener a las familias mexicanas.