21 noviembre, 2024

Para gusto de sus opositores y tristeza de sus simpatizantes, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se va, pero a lo grande porque está preparando un cierre  de sus tradicionales conferencias mañaneras, con una celebración que promete ser tan vibrante y colorida como su tiempo en el cargo. El lunes 30 de septiembre marcará el final de una era en la comunicación política en México, con un “fiestón” en el Palacio Nacional, justo un día antes de la ceremonia de entrega de la banda presidencial.

 

Durante la última conferencia, que tendrá lugar en la histórica sede del poder ejecutivo, el presidente López Obrador ha prometido que las actividades serán ligeras en cuanto a la política pero ricas en sabor y camaradería. “Una o dos preguntitas, me voy a despedir, ¡y fiesta!”, anunció entre risas.

 

El menú del evento refleja la diversidad culinaria de México, una verdadera fiesta para los sentidos que incluirá desde chocolate y café hasta platillos más elaborados como tortas de lechón, tamales, cochinita pibil y zacahuil. El presidente no se detuvo ahí y añadió que también se servirán guajolotas, picadas, tlacoyos y hasta tlayudas con asiento “para que amarre bien”. La descripción detallada del menú no solo anticipa un evento festivo, sino que también celebra la rica herencia gastronómica del país.

 

Esta última mañanera no es solo una oportunidad para que el presidente diga adiós, sino que también sirve como un momento para reflejar sobre su mandato. La inclusión de un amplio abanico de platillos tradicionales no solo es un gesto de hospitalidad, sino también un simbolismo del enfoque inclusivo y nacionalista que ha caracterizado su gobierno. AMLO ha utilizado la comida como una metáfora de unión y diversidad, dos temas centrales en su retórica política.

 

Con solo unos días para el evento, el Palacio Nacional ya está en pleno modo de preparación. La seguridad está siendo reforzada y el equipo del presidente está coordinando con chefs y personal de servicio para asegurar que el evento transcurra sin contratiempos. La expectativa es alta, tanto entre los asistentes como en la población en general, que seguirá el evento a través de medios de comunicación y redes sociales.

 

A medida que la cuenta regresiva para el gran día continúa, el interés público en este evento es palpable. Las redes sociales ya están zumbando con anticipación y los hashtags relacionados con la última mañanera de AMLO están ganando tracción. Sin duda, el 30 de septiembre será un día para la historia, no solo como el cierre de un capítulo en la política mexicana, sino como una celebración de la cultura, la diversidad y la comunidad que define a México.