Al momento

Largo y sinuoso el camino a la escuela

Por Ricardo Burgos Orozco
En todos estos días cuando menos hasta el primero de septiembre, millones de familias van a estar en la angustia no precisamente por las obsesiones de Donald Trump por conquistar el mundo o por amenazar con aranceles a cuanto país se le ocurra; tampoco van a estar pensando en las declaraciones de la presidenta de México sobre la pobreza, la economía, la existencia de medicamentos, de los servicios de salud, la política, en atacar a todo aquel adversario de Morena y darles cargos diplomáticos de alto nivel a personas que “ayudan” o se adhieren al régimen.

Millones de padres de familia tampoco van a estar preocupados en esta semana porque habrá un nuevo Poder Judicial al servicio del gobierno con un presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que dizque presume de defensor de los indígenas y con ministros y jueces a modo, de dudosa reputación y que pasaron de panzazo sus clases de leyes y justicia. Tampoco van a estar pensando en lo que pueda decir Ismael “El Mayo” Zambada contra los políticos y militares que corrompió durante su carrera narco criminal.

Todos estos mexicanos que están esperando el inicio de clases están angustiados por tener dinero para los útiles escolares, los uniformes, en lo necesario para que sus hijos vayan lo mejor posible a estudiar, en cómo estarán las escuelas después de las tormentas que han azotado en muchos estados del país y en el maestro o maestros que les van a tocar a sus pequeños.

Miles de padres de familia tristemente este año ya no pudieron inscribir a sus hijos por falta de recursos económicos. El abandono escolar es una realidad que acompaña a los mexicanos en los diferentes ciclos escolares desde educación básica hasta profesional; durante la pandemia la deserción fue muy notoria por el fallecimiento de papá o mamá o los dos.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la tasa de abandono escolar el año pasado fue de 0.1 por ciento en primaria, 2.9 en secundaria, 10.8 en media superior (preparatoria y bachillerato) y 5.7 en educación superior.

En Chiapas, Guerrero, Michoacán y la Ciudad de México, principalmente, donde domina la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, los papás están preocupados si habrá o no clases y sobre todo que haya profesores que vayan a enseñar y no anden en mítines y manifestaciones para exigir más canonjías magisteriales.

En el ciclo escolar 2025 – 2026 se inscribieron aproximadamente 23 millones de estudiantes en el nivel básico que significa educación inicial, preescolar, primaria y secundaria en 231 mil 534 planteles públicos en las 32 entidades del país, atendidos por un millón 231 mil profesoras y profesores, la gran mayoría pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación o SNTE, contraria a la Coordinadora. Hay que tomar en cuenta que también existen alrededor de 45 mil colegios o escuelas particulares que atienden a unos cinco millones de alumnos.

En estos días previos al comienzo de clases, millones de papás, con préstamos, créditos o como pueden, están volcados en los almacenes y papelerías en busca de adquirir los útiles y los uniformes para sus hijos. Muchos más previeron y los compraron antes. Las otras broncas ya las resolverán cuando se pueda…si se puede.

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