Un niño de 11 años de edad pudo ver cumplido su sueño de portar el uniforme de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, patrullar la ciudad y pasar lista de presente.
Este hecho ocurrió el domingo 15 de junio cuando el menor cumplió su más grande anhelo, el de ser policía.
Él no solo quería portar el uniforme y una placa por mera vanidad, también soñaba con ocupar una patrulla para recorrer las calles y brindar seguridad a sus vecinos, amigos y, sobre todo a su mamá y a sus dos hermanitos menores.
Así que el domingo, Chema se animó a dejar la silla de ruedas y se puso al frente del convoy de cinco unidades oficiales, incluida una motocicleta. “Aquí nadie se rinde”, decía Chema, alegre y con un radio portátil en la mano, que los oficiales de la Zona Sur de esta Secretaría le prestaron para cumplir su sueño.
Y sí, esa expresión la aprendió del nombre mismo de la Institución de Asistencia Privada que lo ha apoyado durante tres meses, de los dos años que lleva enfrentando con la misma fortaleza su enfermedad.
Chema demostró su carácter y firmeza, encabezó la ceremonia para arriar la Bandera Nacional, presidió el Pase de Lista a los oficiales que integran el Sector Coyoacán, y recibió el respeto de sus pares, como Policía Honorario; después patrulló con orgullo y dedicación gran parte de las avenidas Miguel Ángel de Quevedo y Universidad.
Para Chema nunca ha habido límites. “Aquí nadie se rinde”, coincidieron familiares y amigos que lo han acompañado a lo largo de los dos últimos y difíciles años de su vida, como la Asociación “Fátima Soto”, fundada por un ex elemento de la SSC en memoria de su hija, quien padeció la misma enfermedad, y el Motoclub altruista “Demonios Nocturnos”.
