Para la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) el trabajo de base, en colaboración directa con las comunidades, es fundamental para mapear las rutas de riesgo y visibilizar las formas específicas de violencia contra las mujeres de cada región o territorio.
Así lo destacó la Directora General de Quejas y Atención Integral de la CDHCM, Nuriney Mendoza Aguilar, durante el Simposio Internacional “Transformando masculinidades y empoderando a las mujeres que experimentan múltiples violencias. Nuevos horizontes para las y los profesionales”, convocado por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (Ibero), la Universidad de Calgary (Canadá) y este Organismo.
Sostuvo que es prioritario desarrollar estrategias participativas que incluyan a los hombres como aliados en las prevenciones y fortalecer redes institucionales que articulen esfuerzos locales con prácticas y estándares internacionales en derechos humanos.
En México, subrayó, la violencia contra las mujeres es una emergencia pública, ya que de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 70.1% de las mujeres mayores de 15 años han experimentado al menos un incidente de violencia en su vida.
Ante este panorama, dijo, se requiere de nuevas rutas para la prevención y atención de las violencias, tanto en el diseño de las políticas públicas como en las prácticas de atención e investigación.
Para incorporar dicho enfoque de género es esencial trabajar desde el territorio, reconociendo saberes locales y crear intervenciones que respondan a las necesidades específicas de las mujeres de cada región.
Mendoza Aguilar explicó que se requiere de la participación activa y cuestionar las normas arraigadas, construir juntas y juntos estrategias viables y sostenibles para lograr la igualdad: “Prevenir la violencia de género es una responsabilidad compartida”.
La CDHCM, enfatizó, reafirma su compromiso de impulsar un cambio que empodere a las víctimas y a consolidar comunidades más seguras y libres de violencia.

