8 mayo, 2025 11:41 AM
Ricardo Burgos

Foto: Ricardo Burgos

Por Ricardo Burgos Orozco
En una gira de trabajo en la campaña presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado y en una noche de reflexión, platicábamos mi amigo Vicente López Segura – de Radio Mil en ese entonces — y yo – de Grupo ACIR también en ese entonces — de la posibilidad de que alguna vez perdiera su poder el Partido Revolucionario Institucional. Lo veíamos muy remoto y casi imposible. Eso fue hace 44 años y la historia ha dado un vuelco de 180 grados.

En aquel 1981 no nos imaginábamos que en el año 2000 perdiera la presidencia el PRI con el panista Vicente Fox Quesada, repitiera el PAN con Felipe Calderón Hinojosa y pareciera recuperarse el PRI con Enrique Peña Nieto, pero en 2018 llegó la aplanadora concebida por Andrés Manuel López Obrador llamada Movimiento de Regeneración Nacional o Morena y se adueñó del poder político.

En aquellos años del PRI poderoso, había una oposición que estaba resurgiendo con actores políticos de mucho respeto como Gerardo Unzueta, Arnoldo Martínez Verdugo, Manuel Clouthier, Gumersindo Magaña, Rosario Ibarra, Valentín Campa, Othón Salazar, Rosario Ibarra de Piedra, Abel Vicencio Tovar; incluso Bernardo Bátiz Vázquez, ahora de Morena, entre muchos más.

Ahora en los liderazgos opositores hay gente de dudosa reputación como Alejandro Moreno Toscano, en el PRI; Jorge Romero Herrera, en el PAN; Jorge Álvarez Maynez, de Movimiento Ciudadano y pare usted de contar porque el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista son satélites de Morena.
Alejandro Moreno está acusado de corrupción, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, fraude fiscal, peculado, uso ilícito de atribuciones y operaciones con recursos de procedencia ilícita cuando fue gobernador de Campeche. La ha librado porque, mañoso como es, ha sabido esquivar la ley con apoyos estratégicos a Morena cuando le conviene.

Jorge Romero Herrera está bajo sospecha por supuestamente ser el jefe de lo que los morenistas llaman “El Cártel Inmobiliario”, por permitir la construcción de presuntos pisos extras de inmuebles y en contra de la normativa en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. Por ello, está detenido el exdelegado Christian Von Roeherich. Qué tiempos aquellos en que los panistas eran conocidos por ser gente de bien y respetables.

El líder real de Movimiento Ciudadano es Dante Delgado Rannauro, que el año pasado prefirió dejarle la presidencia del partido a Jorge Álvarez Maynez, quien fue candidato presidencial de MC con una campaña inclinada al apoyo “por debajo del agua” a la entonces aspirante y hoy presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Dadas las circunstancias, hoy Morena es casi partido único; la oposición no existe en los hechos, está borrada, con un Congreso de la Unión con mayoría absoluta, 24 gobiernos estatales y en espera pronto de sumar Chihuahua y Durango en el futuro del 2027. Al igual que sucedió con el PRI en sus buenos tiempos, los políticos de distintas tendencias se están adhiriendo a Morena porque, más que nada, quieren poder y protección, como Javier Corral y los Yunes, padre e hijo, por dar sólo dos ejemplos.

Sin embargo, sigo pensando que Morena es un partido de un solo hombre: Andrés Manuel López Obrador, hoy representado por su hijo Andrés Manuel López Beltrán, quien desde su cargo de secretario de Organización cuida los intereses de su padre, pero en realidad dudo que Luisa María Alcalde Luján (Encumbrada por AMLO), la propia Claudia Sheinbaum Pardo (Encumbrada por AMLO), Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López Hernández (Encumbrado por AMLO) o Ricardo Monreal Ávila sean líderes fuertes para sostener durante muchos años el movimiento que creo el hombre de Macuspana.
Morena se mantendrá mientras el patriarca viva y la oposición no exista.
En la tierra de ciegos, el tuerto es rey.