1 mayo, 2025 1:22 AM
Ricardo Burgos

Foto: Ricardo Burgos

Por Ricardo Burgos Orozco
Con los funerales del Papa Francisco o Jorge Mario Bergoglio y la multitud de jerarcas políticos de todo el mundo que lo fueron a despedir a Ciudad del Vaticano el sábado anterior, me acordé de esa frase que pronunció Jesús cuando le preguntaron si era lícito pagar impuestos, según los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, que se refiere principalmente a la separación entre Iglesia y Estado.

Francisco murió el lunes 21 de abril pasado a los 88 años por un ictus cerebral, que lo sumió en un coma del que no volvió a despertar. A ello le sobrevino un fallo cardiocirculatorio irreversible. Había salido días antes del Hospital Gemelli de Roma, al parecer más recuperado. Sin embargo, tuvo algunos eventos públicos en los que se notaba su debilidad.
Después del anuncio de la Santa Sede por el fallecimiento del Prelado, los líderes del mundo católico y no católico se apresuraron a manifestar sus condolencias como una muestra del protocolo que se vive en cada acontecimiento similar. Ha sucedido en todos los decesos de los Papas en la historia de la humanidad.

Ser Papa representa ser Jefe del Estado Vaticano y líder de más de mil 400 millones de católicos, pero también conlleva una gran carga política, es muy respetado y bienvenido en cada país que visita, aunque a final de cuentas es sólo una figura representativa cuyas recomendaciones por lo general no toman en cuenta los políticos del mundo. Les sirve en algunas ocasiones para ser imagen de campañas políticas como sucedió con Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo el año pasado, previo a las elecciones presidenciales, que acudieron a saludar al Pontífice cada una por su cuenta, con un día de diferencia, en plena competencia política.

Hacia dentro del Estado Vaticano, el Papa posee un gran poder social, político y económico gracias a sus inversiones y a su rol como institución financiera internacional. En 2021, por primera vez publicó un informe financiero detallado con un patrimonio de mil 400 millones de euros con ingresos anuales de 250 millones, dicen que con gastos superiores de 300 millones. Se financia principalmente de donaciones, venta de entradas a museos, ingresos por turismo y a la actividad financiera del Banco del Vaticano.

Con la muerte de Francisco se fue el primer Papa de origen latinoamericano y específicamente de Argentina. Los medios, sobre todo en el Continente Americano, dieron detalles del deceso del religioso desde la madrugada del 21 de abril. Durante días fueron las primeras planas de los medios de información y el tema de miles de conductores y articulistas de radio, televisión, diarios y portales de internet. Hubo exageraciones informativas – en busca seguro de quedar bien con su auditorio — como el de aquella conductora de Televisa que manifestó que los católicos se habían quedado “huérfanos” con el fallecimiento de Bergoglio.

Los funerales de Francisco sirvieron para que un grupo de políticos se reunirá en torno a la ceremonia: los presidentes de Estados Unidos, Francia, Ucrania, Ecuador, Brasil; los reyes de España, Felipe y Letizia, entre varios más. En su momento, ninguno de ellos atendió recomendaciones del sacerdote argentino por la paz, contra la violencia en el mundo o contra la pobreza, pero ahí estaban: presentes. Buena decisión de la presidenta mexicana de no acudir a esta hoguera de las vanidades.

Se fue Francisco. En los próximos días, a partir del 7 de mayo, 133 cardenales elegirán al nuevo Papa. Ojalá que ahora sí le diéramos al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.