
64 años del Cinvestav
El 17 de abril de 1961, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) inició su historia como un faro de conocimiento, transformándose, en poco más de seis décadas, en un pilar fundamental para el desarrollo científico y tecnológico de México.
A lo largo de 64 años, ha otorgado alrededor de 18 mil grados, publicado más de 35 mil 500 artículos científicos, desarrollado patentes y establecido importantes alianzas con centros de investigación y universidades de todo el mundo.
En palabras de su director general, Alberto Sánchez Hernández, el Cinvestav es una institución comprometida con la sociedad. “Lo que hacemos e investigamos está orientado para que se refleje en un beneficio hacia la población. Desde nuevas tecnologías, hasta formas de pensar. Que el pensamiento crítico cambie. Que la ciencia impacte en la vida de todos”.
Así, lo que comenzó con solo cuatro departamentos (Física, Fisiología, Matemáticas e Ingeniería Eléctrica) y un propósito claro: formar recursos humanos de alto nivel y realizar investigación científica de frontera, ha evolucionado, ampliando su oferta académica a 68 programas de posgrado impartidos en sus 10 sedes y 24 departamentos académicos, muchos con reconocimiento internacional destacado.
Con presencia en 10 estados del país, el Cinvestav ha extendido su alcance hacia múltiples disciplinas, posicionándose como un referente nacional e internacional en ciencias exactas, biológicas, sociales y humanidades e ingeniería.
Su historia es el resultado de la visión de destacados científicos mexicanos como Manuel Cerrillo, Eugenio Méndez Docurro y Arturo Rosenblueth Stearns, entre otros, quienes fundaron un espacio para la investigación de vanguardia y la formación de nuevas generaciones de investigadores e investigadoras capaces de contribuir al desarrollo del país.
Además de su prestigio académico, el Cinvestav ha sido pionero en descentralizar la ciencia en México e impulsar la creación de nuevos cuadros académicos y científicos en universidades y centros de investigación, tanto nacionales como internacionales.
La trascendencia de Cinvestav no se limita a la formación de investigadores e investigadoras. Su impacto social se refleja en la constante contribución al bienestar de la población mexicana. Ejemplo de ello, es su intervención durante la pandemia de covid-19, cuando su comunidad científica participó activamente en la vigilancia genómica del virus y a la implementación de medidas para mitigar sus efectos.
Proyectos como la secuenciación del genoma del maíz, la investigación en envejecimiento o el aporte de experiencia para establecer centros dedicados al diseño de semiconductores, evidencian su vocación por la innovación con impacto real. Ante esto, Sánchez Hernández afirmó que los semiconductores son hoy una de las áreas más relevantes y el fruto del trabajo de muchos años. “Participar en un proyecto nacional y presidencial es un reconocimiento al trabajo continuo de esta comunidad”.
El Cinvestav también trasciende las fronteras nacionales. A través de más de 400 convenios de cooperación internacional, ha logrado consolidar una red de colaboración con universidades y centros de investigación de diversos países, lo que ha permitido a su comunidad intercambiar conocimientos, ampliando así el impacto global de sus proyectos.
“Para el Cinvestav es muy relevante el poder establecer estas colaboraciones con diversas instituciones. Poder conjuntarnos hace más eficiente la resolución de problemas, porque cada uno contribuye con su conocimiento o su infraestructura”, señaló Sánchez Hernández.
Gracias a la calidad de sus investigaciones, el Centro forma parte de grandes proyectos internacionales, como el experimento Belle II, de la Organización para la Investigación en Física de Altas Energías con Aceleradores en Japón; y el Observatorio Pierre Auger, dedicado al estudio de partículas subatómicas provenientes del espacio exterior.
Con el pasar de los años, el Cinvestav enfrenta nuevos desafíos y metas que continúan impulsando su crecimiento. La institución se encuentra en un proceso constante de renovación y expansión, tanto en infraestructura como en la diversidad de áreas de investigación. Esto le permite mantener su capacidad de respuesta ante las crecientes demandas de innovación tecnológica y científica.
Y aunque los retos persisten, el Cinvestav ha sabido convertir las limitaciones en fortalezas, con el firme objetivo de que los estudiantes que forma hoy, sean los líderes de mañana en todas las áreas.
Más allá de sus logros tangibles, el Cinvestav es un reflejo de su compromiso con la excelencia, la integridad y la transparencia. Cada uno de sus miembros (estudiantes, investigadoras e investigadores y personal administrativo) comparten un mismo propósito: contribuir al bien común a través del conocimiento.
Hoy, a 64 años de su creación, el Cinvestav continúa siendo un bastión del conocimiento y un ejemplo de lo que es posible cuando se apuesta por la ciencia y la educación. Así, confirma, una vez más, por qué se ha consolidado como una de las instituciones más prestigiosas de América Latina, marcando la pauta en la generación de ciencia, tecnología e innovación, y construyendo el camino hacia un futuro más próspero y justo para todos