
Presenta iniciativa para que se reconozca jurídicamente a la Micromovilidad en las disposiciones legales que regulan la movilidad de la Ciudad de México.
A nombre del PVEM en el Congreso capitalino, la diputada Rebeca Peralta León presentó una iniciativa para que se reconozca jurídicamente a la Micromovilidad en las disposiciones legales que regulan la movilidad de la Ciudad de México, lo cual permitirá regular el empleo de los vehículos no motorizados, como las bicicletas y monopatines eléctricos.
Durante la sesión ordinaria en el Palacio Legislativo de Donceles, la diputada ecologista propuso reformar la Ley de Movilidad de la CDMX para dejar establecido que la micromovilidad sea considerada como el “desplazamiento de personas a través de una variedad de vehículos ligeros impulsados por el ser humano o por motores eléctricos o con asistencia eléctrica; cuya velocidad máxima corresponde a los veinticinco kilómetros por hora y son empleados para desplazamientos cortos, tales como bicicletas de pedal, bicicletas de carga, patinetas, monopatines o scooter y ciclotaxis”.
“Los integrantes del Partido Verde sostenemos que resulta necesario que la Ley de Movilidad de nuestra capital considere a la micromovilidad como un servicio esencial que debe ser incorporado en la infraestructura, en las políticas públicas y disposiciones normativas, con el objetivo de que sea posible regular de manera específica este nuevo medio de transporte en las disposiciones que regulan la operación y el funcionamiento de los medios de transporte que diariamente circulan en nuestra Ciudad”, dijo
Reiteró que la propuesta es muy clara: el reconocimiento legal de los vehículos de micromovilidad como elementos del Sistema de Movilidad de la Ciudad de México, y que permita establecer reglas claras que establezcan la forma en cómo deben circular los mismos de acuerdo al lugar que ocupan dentro de la jerarquía de movilidad; y al mismo tiempo, incentivar el desarrollo de políticas públicas que fortalezcan el desarrollo de infraestructura urbana que permita su uso, en un escenario de respeto mutuo, entre peatones, ciclistas, las personas usuarias de la micromovildiad, del transporte público y el transporte particular.
La legisladora del Partido Verde dijo que la movilidad es un derecho que influye en la mejora de la calidad de vida de las personas que habitan esta ciudad y en su bienestar, y al mismo tiempo contribuye al acceso a una diversidad de derechos humanos como la educación, el trabajo, la salud, el esparcimiento, la libre circulación.
“Es decir, agregó, este derecho y los medios de transporte mediante los cuales se ejerce, desempeñan un papel clave en el desarrollo económico, social y ambiental de la Ciudad y, además, constituyen un pilar fundamental en la promoción y fortalecimiento de la inclusión, al permitir la conexión de las personas con los servicios básicos, el desarrollo social y la interacción en el espacio público”.
Comentó que en otras naciones ya hay avances en el uso de vehículos eléctricos y, sobre todo, el empleo soluciones de micromovilidad, como los patines y las bicicletas eléctricas, los cuales se destacan como una forma de conectar mejor a las personas con el transporte público, reduciendo la dependencia de los automóviles privados y aprovechando al máximo el espacio limitado en las ciudades.
Recordó que la pandemia de COVID-19 obligó a las ciudades a repensar rápidamente las formas de transportarse y sin duda, la micromovilidad ha surgido como un medio que ha servido para el desplazamiento de las personas y mercancías, de una forma eficiente.
“Los vehículos incluidos dentro de la micromovilidad, como los patines y bicicletas eléctricas, se caracterizan por su sostenibilidad medioambiental, ya que, por su propia ligereza y su propulsión humana y/o eléctrica, tienen un bajo impacto, generan menor nivel de ruido y no producen emisiones contaminantes durante su uso”.
“Es un hecho notorio que estos medios de transporte ya se emplean en diversas partes del Mundo, incluyendo nuestro país y sobre todo nuestra Ciudad”, agregó.
En atención a ello, países como España y Francia, ya han comenzado a regular estos dispositivos, estableciendo una edad mínima para conducirlos, preciando límites de velocidad y lugares específicos para su circulación, en donde se descartan las banquetas, entre otras determinaciones.
“En el caso de nuestra Ciudad, si bien en la Ley de Movilidad define a los vehículos no motorizados, y dentro de estos se incluye a los vehículos de propulsión eléctrica, aún no se ha considerado la regulación específica de estos medios de transporte, y sobre todo no se ha reconocido a la micromovildiad como un elemento del Sistema de Movilidad, lo que incluso implica un déficit en la infraestructura en donde circulan”, concluyó.