10 enero, 2025
Violencia en Sinaloa: ¿Qué pasó en octubre que disparó homicidios y cómo se logró frenarlos?

 

Los reflectores de la seguridad nacional se han posado sobre Sinaloa, que de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), octubre de 2024 se convirtió en el mes más violento del año para este estado, registrando el promedio más alto de homicidios dolosos diarios. A pesar de que para diciembre se observó una disminución de 13.7 por ciento en la incidencia de este delito, el panorama aún presenta retos mayúsculos para las autoridades federales y estatales.

 

A continuación, te presentamos un recuento de lo que ocurrió durante los últimos meses del 2024, las estrategias que se han aplicado para contener la violencia y cómo se proyecta el inicio de 2025 en esta entidad.

 

Drástico repunte en septiembre y el punto máximo en octubre

Según las cifras presentadas en la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, fue en septiembre de 2024 cuando comenzó a notarse un cambio drástico en la estadística de homicidios dolosos en Sinaloa. El promedio se disparó a 4.8 asesinatos diarios, luego de que entre enero y agosto, la entidad tuviera tasas relativamente bajas que fluctuaban entre 1.1 y 1.7 incidentes al día.

 

La razón de este repunte, señalan las autoridades, radica en la creciente pugna entre células delictivas vinculadas al Cártel de Sinaloa. Esta disputa interna, catalogada por medios locales como el choque entre “Los Chapitos” y “La Mayiza” (presuntamente ligada a “El Mayo” Zambada), recrudeció entre finales de agosto y principios de septiembre, generando mayores tensiones en zonas rurales y urbanas.

 

Para octubre, las estadísticas del SESNSP confirman que la situación alcanzó un punto crítico: el promedio diario subió a 5.9 homicidios. Este indicador convirtió a octubre en el mes más violento de todo 2024 para Sinaloa. Fue precisamente en esas semanas cuando se observó la mayor concentración de enfrentamientos y ejecuciones ligadas a la delincuencia organizada, particularmente en municipios como Culiacán y zonas aledañas.

 

Papel de las fuerzas federales y la estrategia aplicada

En este contexto, Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tomó cartas en el asunto. De acuerdo con el reporte que él mismo dio a conocer, la estrategia para contener la ola de violencia en Sinaloa incluyó:

  1. Despliegue de Fuerzas de Tarea: Se reforzó la presencia de elementos de seguridad federales, incluyendo personal de la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, con labores de inteligencia y judicialización de casos.
  2. Instalación de filtros carreteros: Con especial énfasis en la vía que conecta Culiacán con Mazatlán, se intensificaron los retenes y revisiones de vehículos, buscando inhibir el traslado de armas y células criminales.
  3. Objetivos prioritarios: Entre septiembre y diciembre de 2024, se logró la captura de 43 objetivos identificados como cabecillas o piezas clave en la pugna entre facciones. Además, se reportó la detención de 558 personas vinculadas a distintos delitos, el aseguramiento de más de 400 vehículos y cerca de 700 armas de fuego, incluidas más de 100 granadas.

 

García Harfuch reconoció que “todavía hay mucho trabajo por hacer, pero después del incremento de homicidios que se presentó a partir de septiembre, hoy se puede observar una contención en la escalada de los homicidios”.

 

Noviembre y diciembre: Desaceleración de los homicidios

Las acciones conjuntas comenzaron a dar resultados visibles en noviembre, cuando el promedio diario de homicidios bajó a 5.8. Aunque el descenso no fue drástico, representó una señal alentadora en comparación con el pico alcanzado en octubre. Para diciembre, la cifra se ubicó en 5.1, marcando una disminución global de 13.7 por ciento en la incidencia de homicidios dolosos entre octubre y el cierre del año.

 

Durante la misma conferencia matutina, Marcela Figueroa Franco, titular del SESNSP, comentó que pese a los hechos de violencia registrados en los últimos meses, Sinaloa aún no entra en el grupo de las siete entidades con mayor número de homicidios en el país —una lista encabezada por Guanajuato, seguida de Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Guerrero y Nuevo León—. Este dato muestra que, aunque la crisis de violencia fue grave, la entidad se mantiene por debajo de focos rojos históricos.

 

Contexto nacional: Una baja en el homicidio doloso

A escala nacional, las cifras reportadas indican que hubo una reducción general de 16.3 por ciento en el homicidio doloso durante los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum. En este periodo, diciembre se convirtió en el mes con menor incidencia, situándose en un promedio de 72.8 víctimas diarias de homicidio en todo México. Estas estadísticas se interpretan como un avance en la estrategia de seguridad, aunque expertos independientes señalan la importancia de mantener un análisis a mediano y largo plazo.

 

Panorama para 2025 y los desafíos pendientes

Con el arranque de 2025, el reto más grande en Sinaloa será consolidar la tendencia a la baja y asegurar que el promedio de homicidios continúe descendiendo. Autoridades como Omar García Harfuch han reconocido que la disputa interna en el Cártel de Sinaloa no se ha resuelto por completo, por lo que la presencia de las fuerzas de seguridad seguirá siendo crucial.

 

Asimismo, el Gobierno federal planea intensificar la labor de inteligencia y judicialización de nuevos objetivos prioritarios, al tiempo que refuerza la coordinación con las autoridades estatales y municipales. Para lograr una paz duradera, analistas en seguridad señalan la necesidad de atender las causas estructurales de la violencia, impulsar programas sociales y reactivar la economía local para ofrecer opciones viables a los jóvenes que habitan en zonas con alto impacto del crimen organizado.

 

Por ahora, la disminución del 13.7 por ciento en los homicidios dolosos entre octubre y diciembre brinda un respiro a las comunidades sinaloenses. Sin embargo, todos coinciden en que se requerirá constancia y un esfuerzo integral del gobierno y la sociedad para mantener y fortalecer esta tendencia a la baja. De lo contrario, el riesgo de un nuevo repunte continúa latente, y la seguridad en el estado podría volver a tambalear.