El Congreso de Estados Unidos certificó oficialmente la victoria electoral de Donald J. Trump, quien asumirá la presidencia por segunda ocasión el próximo 20 de enero. La sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes tuvo lugar bajo estrictas medidas de seguridad, reflejo de los eventos ocurridos hace cuatro años cuando el Capitolio fue asaltado por partidarias del mismo Trump.
Por primera vez en la historia, el conteo electoral fue designado como un “Evento de Seguridad Nacional“. Miles de tropas de la Guardia Nacional, policías locales y federales resguardaron el Capitolio, protegido por barreras de concreto y rejas de 3,6 metros. Estas respondieron a los temores de nuevos disturbios, especialmente después de que el propio Trump calificara a los condenados por el asalto al Capitolio en 2021 como “prisioneros políticos”.
La vicepresidenta saliente, Kamala Harris, presidió la sesión. Durante la lectura de los resultados, declaró oficialmente: “Donald J. Trump, del estado de Florida, ha recibido 312 votos”, confirmando su victoria sobre los 226 obtenidos por Harris. En un mensaje posterior, Harris enfatizó: “Hoy, la democracia de América se mantuvo”, aunque el consenso sobre la legitimidad del proceso sigue en debate.
El violento asalto al Capitolio hace cuatro años sigue siendo una sombra para la democracia estadounidense. De los 12 mil participantes en aquella protesta, más de mil han sido condenados y Trump ha prometido indultar a varios de ellos como uno de sus primeros actos al regresar a la Casa Blanca. Este gesto ha generado críticas incluso dentro del Partido Republicano, donde algunos temen que envíar un mensaje de tolerancia hacia la violencia política debilita las instituciones democráticas.
A pesar de las tensiones, el proceso de certificación transcurrió sin incidentes, aunque la polarización en el país es evidente. Según encuestas recientes, un tercio de los estadounidenses sigue creyendo que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas. Esta narrativa, alimentada por Trump, ha fortalecido su base política, que parece priorizar su visión de un “futuro grandioso” sobre las preocupaciones por la estabilidad democrática.
El camino hacia la investidura de Trump culminará el 20 de enero, cuando tome posesión frente al mismo Capitolio que fue escenario de violencia hace cuatro años. Mientras tanto, los estadounidenses y el mundo observan con atención el impacto de su regreso en un país cada vez más dividido.