Ana González Bello y Paula Zelaya Cervantes presentan “Mil veces no”, una obra de teatro que invita a reflexionar sobre el amor propio y las emociones humanas. Originalmente concebida como un guion cinematográfico, la obra se presenta en el Teatro Casa de la Paz hasta el 11 de diciembre, con las actuaciones de Ana González Bello, Luis Eduardo Yee, Miguel Tercero y Cristóbal Maryán.
Historia nacida en la pandemia
La idea de “Mil veces no” surgió durante la pandemia, cuando las creadoras buscaban contar una historia sencilla pero profunda. “Queríamos explorar a un personaje encerrado, negativo, y otro opuesto: alguien que escapó de una secta religiosa, lleno de curiosidad y positivismo”, explicó Ana González Bello.
La trama sigue a Miranda, una joven que, tras enfrentar tragedias personales, decide aislarse del mundo, rechazando cualquier interacción con su entorno. Su contraparte, Baltasar, es un hombre que, pese a haber vivido circunstancias difíciles, ve todo con optimismo. Este encuentro de personalidades opuestas genera una inesperada amistad que desentraña temas como la aceptación y el equilibrio emocional.
Reflexión sobre las emociones humanas
A través de la comedia, la obra aborda el miedo, la tristeza y la importancia de encontrar un equilibrio emocional. “No podemos odiar partes de nosotros mismos. El enojo, la tristeza y el miedo también forman parte de la experiencia humana”, señaló González Bello.
La obra busca conectarse con el público mostrando que, aunque el mundo pueda ser aterrador o complicado, “también hay arte, belleza y cosas que podemos hacer para cambiarlo”.
De guion cinematográfico a las tablas
Inicialmente pensada como película, “Mil veces no” encontró en el teatro el medio ideal para su primera expresión. “Jugamos con lo que teníamos y lo integramos al texto. Esto enriqueció la narrativa y permitió conectar con el público desde una perspectiva honesta y cercana”, mencionó la actriz.
Con una comedia oscura que mezcla risas y reflexión, Mil veces no promete tocar las fibras emocionales del espectador y dejar una huella significativa.