El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, empezó a delinear su equipo de alto nivel para su próxima administración, designando a figuras conocidas por sus políticas firmes en temas migratorios y relaciones exteriores. Entre sus nombramientos más recientes destacan Stephen Miller como subdirector del gabinete para políticas de la Casa Blanca y el senador Marco Rubio como secretario de Estado. Ambos nombramientos han causado un gran revuelo, ya que ambos políticos son conocidos por sus posturas de línea dura en sus áreas respectivas.
Stephen Miller, quien fue asesor principal durante el primer mandato de Trump entre 2017 y 2021, es ampliamente reconocido como el arquitecto de las políticas migratorias restrictivas que definieron esa administración. Entre sus iniciativas estuvieron la construcción del muro fronterizo con México, las restricciones de entrada a personas provenientes de países de mayoría musulmana y la controvertida política de separación de familias migrantes en la frontera.
Desde que Trump dejó la presidencia, Miller ha dirigido la organización America First Legal, una entidad enfocada en impugnar políticas del gobierno demócrata y con una agenda claramente opuesta a organizaciones de derechos civiles como la ACLU.
El anuncio del nombramiento de Miller fue respaldado por JD Vance, vicepresidente electo de Estados Unidos, quien en redes sociales calificó a Miller como “una elección fantástica para el gabinete”. La incorporación de Miller sugiere que la administración de Trump seguirá una línea firme en sus políticas migratorias, enfocándose en la “tolerancia cero” y en el cumplimiento de sus promesas de campaña en materia de seguridad fronteriza.
Por otro lado, Trump ha seleccionado al senador Marco Rubio como secretario de Estado, quien se convertiría en el primer latino en asumir el liderazgo de la política exterior de Estados Unidos. Rubio, conocido por su postura crítica hacia países como China, Irán y Cuba, ha abogado por una política exterior dura y alineada con los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Su nombramiento representa un mensaje claro sobre la dirección que Trump planea seguir en las relaciones internacionales.
En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que su gobierno continuará defendiendo a los mexicanos que residen en Estados Unidos y se comprometió a mantener una estrecha coordinación en temas migratorios para proteger a la comunidad mexicana en el extranjero. Asimismo, reafirmó su compromiso de vigilancia en la frontera sur de México para asegurar un flujo migratorio ordenado.
Con estos nombramientos, Trump deja en clara su intención de reforzar su política de “Estados Unidos primero”, posicionando figuras que comparten su visión en temas de migración y relaciones exteriores.