15 noviembre, 2024

 

El pasado 10 de noviembre, en conferencia de prensa en la Ciudad de México, la Comisión Organizadora del proceso interno del Partido Acción Nacional (PAN) oficializó el triunfo de Jorge Romero Herrera en las elecciones internas del partido. Con un respaldo de 79.9% de los votos, Romero se convierte en el noveno presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, venciendo a su única oponente, Adriana Dávila Fernández, quien obtuvo el 20.1% de los sufragios.

La jornada electoral del PAN, que se llevó a cabo en calma con una participación de aproximadamente 45% de sus militantes, consolidó la figura de Romero como líder nacional. De acuerdo con la Comisión Organizadora, con el 92% de las mesas receptoras computadas, Romero obtuvo 96,533 votos de los 120,848 emitidos, dejando atrás a Dávila, quien logró 24,315 votos.

 

A pesar de la claridad en los números, Dávila se pronunció sobre el proceso al conocerse los resultados, asegurando que “no estoy convencida de la legitimidad del proceso. Desde un inicio no se tuvo certeza, se violó la legalidad, y fue una elección inequitativa”. A pesar de su inconformidad, Dávila reconoció el resultado, aunque subrayó que alrededor del 70% de los panistas no acudieron a votar, en un mensaje crítico hacia el actual liderazgo del partido.

 

Mensaje de Romero: Promesas de cambio y reconciliación

Romero, quien anticipó su victoria incluso antes del anuncio oficial, se dirigió a la militancia y a los medios tras los resultados, afirmando que su liderazgo representará “un nuevo comienzo para el PAN como verdadera oposición y opción de gobierno en México”. En su mensaje, ofreció disculpas a los militantes y al país por los errores del partido en los últimos años y prometió una renovación para recuperar la confianza de la ciudadanía.

 

Además, Romero invitó a Adriana Dávila a sumarse a su equipo, destacando que su inclusión sería clave en la reconciliación interna del partido. Aun así, Dávila no ha aceptado públicamente la invitación y ha mantenido una postura crítica hacia el modelo de partido que, según ella, favorece a unas pocas figuras y se aleja del legado democrático que Gómez Morín dejó en el PAN.

 

Proceso cuestionado y las acusaciones de “cargada”

La elección también estuvo marcada por señalamientos de apoyo parcial dentro del PAN. Simpatizantes de Dávila denunciaron la presencia de funcionarios y materiales de campaña en favor de Romero en varios estados, lo que según ellos, fue un indicio de parcialidad. Dávila aseguró que Marko Cortés, actual presidente del partido y quien dejará el cargo esta semana, promovió una red de apoyo estatal en favor de Romero.

 

La polémica no terminó con la jornada electoral. Durante la votación en el World Trade Center, algunos asistentes gritaron “¡corrupto!” a Romero, en referencia a su presunta vinculación con el llamado Cártel Inmobiliario, un escándalo en la alcaldía Benito Juárez, donde supuestamente se otorgaron licencias de construcción y permisos en forma irregular. Romero ha desestimado estas acusaciones, alegando que son intentos de desprestigiar su liderazgo.

 

Acompañando a Romero en su dirigencia, estarán Santiago Taboada como uno de sus principales colaboradores y Karen González en el cargo de secretaria general. Ambos líderes son figuras conocidas dentro del PAN y al igual que Romero, cuentan con experiencia en la gestión pública de la Ciudad de México.

 

Sin embargo, los desafíos para esta nueva dirigencia son significativos. Con una militancia que, según cifras oficiales de agosto de 2023, cuenta con apenas 277,665 afiliados a nivel nacional, el PAN enfrenta una necesidad urgente de fortalecimiento y renovación. Adriana Dávila advirtió que el alto nivel de abstencionismo en esta elección refleja una falta de entusiasmo entre los militantes, en especial hacia lo que ella llama “las cargadas”.

 

Mensaje de Dávila hacia el futuro del PAN

Dávila, en su mensaje de reconocimiento parcial, se mostró preocupada por el futuro del partido y afirmó que “tiene que regresar la democracia al PAN; esta es la última oportunidad que tenemos para ser la oposición que México necesita”. La política tlaxcalteca cuestionó el “modelo de partido de los padroneros con el código genético marca ‘Yunes’”, y agregó que un sistema así solo beneficia a unos pocos a costa del país y del PAN.

 

Su advertencia subraya un panorama divisivo dentro del PAN, un partido que enfrenta la necesidad de reconciliar sus intereses internos para poder posicionarse como una alternativa sólida frente al oficialismo. Marko Cortés, quien asumió la presidencia en 2018 en medio de señalamientos de compra de votos y otros actos irregulares, dejará la dirigencia esta semana en un acto de entrega formal del mando a Romero y su equipo.