6 noviembre, 2024

 

Tras la balacera en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se evidenció la operación criminal  que ve afectados sus intereses y será común, más no correcto, ver que el crimen organizado quiera mantener sus negocios y operación sin tropiezos, elevando la violencia y enviando un mensaje sutil de que quien está en el poder son ellos y no la autoridad. Para la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, esto está fuera de control gracias a antiguas administraciones, así lo expresó en una dura declaración sobre la grave situación de seguridad que atraviesa la demarcación.

 

Durante una entrevista con la periodista Azucena Uresti, Rojo de la Vega admitió que “muchos cárteles” operan en la alcaldía, un reconocimiento que refleja la creciente preocupación por el aumento de la violencia y el crimen organizado en una de las zonas más importantes de la Ciudad de México.

 

La alcaldesa enfatizó la urgencia de abordar la problemática de manera integral y pidió la intervención de los tres niveles de gobierno para combatir la presencia de grupos delictivos que, según ella, se han infiltrado profundamente en el tejido social de la demarcación.

 

“Necesitamos de manera urgente que se intervenga, por parte de los tres órdenes de gobierno, que se hable de la realidad, que la afrontemos, no tapar el sol con un dedo porque lo estamos viviendo todos los mexicanos y más en esta alcaldía que es la más insegura por número de habitantes”, expresó Rojo de la Vega.

 

Panorama de inseguridad: Atentados y asesinatos

Las declaraciones de la alcaldesa llegaron en un contexto de alta tensión. En solo un día, el 17 de octubre, la Cuauhtémoc registró dos graves ataques armados que dejaron una estela de violencia y miedo entre los habitantes.

 

El primero ocurrió en las inmediaciones del Viaducto Miguel Alemán, donde la abogada penalista Oralia Pérez fue asesinada a tiros. Los sicarios, que se desplazaban en una motocicleta, huyeron del lugar sin ser detenidos, a pesar de los operativos implementados en la zona por las autoridades locales.

 

Horas después, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se registró un segundo atentado, esta vez dirigido contra la líder de comerciantes y diputada suplente, Diana Sánchez Barrios. Un hombre armado disparó contra ella y sus acompañantes en pleno día. Mientras que Sánchez Barrios y uno de sus acompañantes fueron trasladados al Hospital General Balbuena, otro de los atacados falleció a causa de las heridas.

 

“Se tiene que aceptar que existe el crimen organizado, ¿no? Hay que hablar con la verdad de lo que está sucediendo (…) se están viviendo las consecuencias todos los días en nuestra alcaldía”, declaró la alcaldesa Rojo de la Vega, en referencia directa a los atentados recientes.

La alcaldía Cuauhtémoc, una de las más importantes de la Ciudad de México por su valor económico y político, ha sido durante años un terreno en disputa entre diversos grupos del crimen organizado. Entre las organizaciones que operan en la zona, destacan La Unión Tepito, Fuerza Anti-Unión y el Cártel de Tláhuac, todos ellos involucrados en actividades como el narcotráfico, extorsión, secuestro y homicidio.

 

 

Informes recientes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) señalan que al menos siete grupos criminales se disputan el control de diversas alcaldías en la capital, y Cuauhtémoc se ha convertido en uno de los principales epicentros de esta lucha. La Unión Tepito, uno de los cárteles más poderosos de la ciudad, mantiene una fuerte presencia en colonias como Centro, Morelos, Guerrero, y Roma Norte, donde se ha reportado una alta incidencia de delitos relacionados con el narcomenudeo.

 

El impacto del crimen organizado en la vida cotidiana de los habitantes de la Cuauhtémoc ha sido devastador. Según datos obtenidos a través de transparencia, en promedio hay una narcotienda por cada dos escuelas en la demarcación, lo que refleja la penetración de estas organizaciones en la comunidad. Colonias como Centro Histórico, Guerrero y Doctores han sido identificadas como zonas de alto riesgo, con decenas de puntos de venta de droga operando cerca de escuelas y estaciones de policía.

 

Necesidad de urgente intervención gubernamental

Ante este panorama, Rojo de la Vega ha sido enfática en su llamado a las autoridades para que actúen con celeridad. “En Cuauhtémoc necesitamos una intervención inmediata, una fuerza especial, primero antiextorsión y segundo, la aplicación de toda la inteligencia contra el crimen”, solicitó la alcaldesa, reconociendo que la complejidad del problema requiere una estrategia conjunta que involucre a las autoridades locales, estatales y federales.

 

La alcaldesa también denunció que su equipo ha recibido amenazas constantes debido a su labor en la alcaldía, pero afirmó que no dejarán de trabajar para recuperar la seguridad y los espacios públicos. “Queremos exigir justicia, exigir que se dé con los responsables (…) todos los días recibimos amenazas, pero bueno, hay que seguir afrontándolo y haciendo lo que nos toca”, aseguró.

 

Este reconocimiento del problema por parte de la alcaldesa marca un punto de inflexión en la gestión de la seguridad en la Cuauhtémoc. Mientras que en otros momentos se había minimizado o negado la presencia del crimen organizado en la demarcación, las palabras de Rojo de la Vega buscan abrir una discusión más transparente sobre la realidad de la violencia que afecta a los ciudadanos.