El líder norcoreano, Kim Jong Un, ha intensificado las tensiones en la península coreana al referirse a Corea del Sur como un “país hostil” y “foráneo”, durante una visita al cuartel del 2º Cuerpo del Ejército Popular Coreano. Durante esta inspección, Kim dejó claro que las recientes acciones de destrucción de carreteras y vías férreas entre ambas Coreas simbolizan el final de lo que él denominó una “relación maligna”.
Kim, según la agencia oficial KCNA, señaló que el ejército norcoreano debe tener presente que Corea del Sur, conocida como la República de Corea (RDC), es ahora vista como un enemigo. Esta declaración refuerza la postura que ha mantenido el régimen desde enero, cuando el líder norcoreano calificó al Sur como el “principal enemigo” de su país, alejándose aún más de cualquier aspiración de reunificación.
El ejército surcoreano divulgó recientemente imágenes que muestran a soldados norcoreanos destruyendo las carreteras y vías férreas que solían conectar ambos países. Este acto ha sido interpretado como una señal clara de que el Norte no busca mantener ningún tipo de relación con su vecino del sur. Kim enfatizó que este corte físico de los enlaces no solo representa el cierre de rutas, sino también el fin de una relación conflictiva que ha persistido durante siglos.
La tensión aumentó aún más cuando Kim Yo Jong, la hermana de Kim Jong Un y portavoz del régimen, reaccionó con dureza ante las acusaciones del ejército surcoreano de haber utilizado imágenes sin autorización. En un comunicado publicado por KCNA, Kim Yo Jong aseguró que las imágenes fueron tomadas de medios internacionales como NBC, Fox News y Reuters, calificando de “idiotas” a quienes hicieron las acusaciones.
Este cruce de declaraciones refuerza el ambiente de tensión en la península coreana, donde las relaciones entre ambas naciones están más deterioradas que nunca.