22 noviembre, 2024

Un juez ha dictaminado que Google ha estado explotando ilegalmente su dominio en el mercado para aplastar a la competencia y sofocar la innovación. Esta decisión histórica podría tener repercusiones significativas en el mundo de Internet y pone en aprietos a una de las empresas más conocidas del planeta.

 

El juez de distrito Amit Mehta emitió su decisión casi un año después del inicio de un juicio que enfrenta al Departamento de Justicia de Estados Unidos contra Google. Este es el mayor enfrentamiento antimonopolio del país en un cuarto de siglo.

 

Tras revisar numerosas pruebas y testimonios de altos ejecutivos de Google, Microsoft y Apple durante las 10 semanas de juicio del año pasado, Mehta dictaminó que Google ha actuado como un monopolista para mantener su dominio. “Google es un monopolista y ha actuado como tal para mantener su monopolio”, escribió el juez. “Ha violado la Sección 2 de la Ley Sherman“.

 

Esta es una dura derrota para Google y su empresa matriz, Alphabet Inc., que habían defendido su popularidad argumentando que se debía al deseo abrumador de los consumidores de utilizar un motor de búsqueda superior. Google procesa actualmente unos 8,500 millones de consultas diarias en todo el mundo, casi el doble de su volumen diario de hace 12 años, según un estudio reciente de la empresa de inversiones BOND.

 

Es casi seguro que Google apelará la decisión, lo que podría llevar el caso hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

 

Por ahora, la decisión representa una victoria para los reguladores antimonopolio del Departamento de Justicia, que presentaron su demanda hace casi cuatro años, durante la administración de Donald Trump, y han intensificado sus esfuerzos para frenar el poder de las grandes tecnológicas bajo el mandato del presidente Joe Biden.

 

El caso retrató a Google como un gigante tecnológico que ha frustrado sistemáticamente la competencia para proteger su motor de búsqueda, una pieza central de su máquina de publicidad digital que generó casi 240,000 millones de dólares en ingresos el año pasado.

 

Los abogados del Departamento de Justicia argumentaron que el monopolio de Google le permitía cobrar precios artificialmente altos a los anunciantes, al mismo tiempo que descuidaba la mejora de la calidad de su motor de búsqueda, perjudicando así a los consumidores.