25 noviembre, 2024
¿Rencor o ejemplo? PRI alista ‘Cacería de Brujas’ contra críticos de Alito y su gestión

El Partido Revolucionario Institucional (PRI)  anunció una campaña intensiva dirigida a aquellos militantes que critican la conducción del partido bajo el liderazgo de Alejandro Moreno Cárdenas. Esta medida, según la dirigencia nacional del PRI, responde a la necesidad de preservar la unidad ideológica, programática y organizativa del partido, acusando a los críticos de debilitar la cohesión interna.

 

De acuerdo con la información disponible, las solicitudes de expulsión se basan en el artículo 257 de los estatutos del PRI, que contempla diversas disposiciones que justifican la salida de militantes. Entre las causas señaladas se encuentran: “atentar, de manera grave, contra la unidad ideológica, programática y organizativa del Partido; sostener y propagar principios contrarios a los contenidos en los Documentos Básicos”.

 

Además, se mencionan actos de desprestigio de las candidaturas del partido, obstaculización de campañas y acciones que atenten contra la integridad moral o vida privada de candidatos, dirigentes, funcionarios y representantes populares del PRI.

 

Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, expuso su plan de trabajo que incluye una activación masiva de las cuentas en redes sociales de los militantes para contrarrestar las críticas y exhibir a aquellos que, según la dirigencia, han lastimado al partido con sus acciones.

 

“Los vamos a poner en su lugar y les vamos a contestar y los vamos a exhibir con firmeza y con claridad, porque son un grupo de cínicos que fueron quienes lastimaron al partido, con todas sus acciones y sus hechos que ocurrieron en el pasado”, declaró Moreno Cárdenas el pasado 8 de julio.

 

Moreno Cárdenas también adelantó que utilizará los tiempos oficiales de radio y televisión asignados al partido para difundir esta campaña. Entre los críticos señalados se encuentran expresidentes nacionales del PRI como Pedro Joaquín Coldwell, Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Ochoa, además de diversos militantes de Guerrero.

 

Contexto Legal y Estatutos

El 7 de julio, el PRI aprobó nuevos estatutos que permiten la reelección, beneficiando directamente a Alejandro Moreno Cárdenas; sin embargo, esta modificación ha sido impugnada por varios priistas, lo que ha generado controversias legales que aún no han sido resueltas por el Instituto Nacional Electoral (INE).

 

La validación de estos estatutos está pendiente, y el proceso ha sido complicado por la intervención de magistrados como Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata, quienes han evitado fijar plazos perentorios al INE y a la Comisión de Justicia Partidaria del PRI para atender las impugnaciones.

 

La estrategia de Moreno Cárdenas ha generado reacciones diversas dentro del partido. Mientras algunos militantes apoyan la medida, considerándola necesaria para preservar la unidad y fortaleza del PRI, otros la critican, argumentando que se trata de una táctica autoritaria que busca silenciar la disidencia interna.

 

Pedro Joaquín Coldwell, uno de los expresidentes nacionales mencionados, expresó su preocupación por la dirección que está tomando el partido. “El PRI debe ser un espacio de diálogo y debate constructivo, no una trinchera de persecución contra aquellos que tienen opiniones diferentes”, afirmó Coldwell en una entrevista reciente.

 

Por otro lado, Dulce María Sauri subrayó la importancia de la transparencia y la inclusión en el proceso de toma de decisiones del partido. “Las acciones punitivas contra los críticos no fortalecen al PRI; lo que necesitamos es una apertura al diálogo y una verdadera reflexión sobre nuestro rumbo y estrategias”, comentó Sauri.

 

La campaña impulsada por la dirigencia del PRI podría tener implicaciones significativas para el futuro del partido. La expulsión de militantes críticos y la utilización de recursos oficiales para contrarrestar las críticas internas plantean interrogantes sobre la cohesión y la democracia interna del PRI.

 

Analistas políticos sugieren que esta estrategia podría polarizar aún más al partido, generando divisiones profundas que podrían afectar su desempeño en futuras elecciones. La percepción pública del PRI también podría verse impactada, ya que las acciones de la dirigencia podrían ser vistas como un intento de consolidar el poder interno a expensas de la pluralidad y el debate democrático.