El pasado sábado, 31 migrantes latinoamericanos fueron secuestrados en Tamaulipas, México, mientras viajaban en un autobús con destino a la frontera con Estados Unidos. La buena noticia llegó este miércoles cuando las autoridades informaron que todos fueron rescatados sanos y salvos.
El gobernador Américo Villareal anunció el exitoso rescate, destacando la labor de la Guardia Nacional, las fuerzas armadas y las autoridades estatales. Los migrantes, de diversas nacionalidades, incluyendo venezolanos, ecuatorianos, hondureños, colombianos y mexicanos, ya están bajo revisión médica.
Este tipo de incidentes, donde grupos criminales secuestran a migrantes para solicitar rescates, se ha vuelto más frecuente en las últimas semanas. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, mencionó que el número de secuestrados en esta ocasión fue inusualmente alto.
La Fiscalía del Estado de Tamaulipas lideró la investigación, con la participación de la Guardia Nacional y las secretarías de Defensa, Marina y Seguridad. Utilizaron rastreo telefónico, análisis de imágenes de vídeo y perros rastreadores para dar con el paradero de los secuestrados.
El sacerdote Francisco Gallardo, defensor de los derechos de los migrantes, señaló que los secuestros colectivos se han vuelto comunes. Grupos delictivos raptan familias enteras y exigen rescates bajo amenazas de violencia.
Tamaulipas ha sido históricamente conocido por la violencia contra los migrantes, siendo escenario en 2010 de una brutal masacre por parte de Los Zetas. El estado sigue siendo peligroso para quienes buscan llegar a la frontera con Estados Unidos.
Estados Unidos ha presionado a México para encontrar formas de reducir el flujo migratorio. La cifra récord de 2,2 millones de migrantes intentando llegar a la frontera estadounidense entre enero y noviembre del año pasado destaca la urgencia de abordar esta problemática.